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Navidad, una historia inmortal - Por Alfonso Pérez Ranchal

    Hace ahora un año, a los días del primer domingo de Adviento, en el grupo de WhatsApp de mi trabajo, algunas compañeras comenzaron a subir fotos con la primera de las velas encendida dentro de la corona. Me llamó la atención que celebraran este tiempo y me sorprendió que hubiera tantas creyentes. Al poco comenzaron a cruzarse algunas preguntas sobre el significado de aquellas velas y qué simbolizaba cada color. Una de ellas explicó que se encendía una vela cada domingo hasta que se llegaba al 24 o 25 de diciembre y entonces era cuando venía Santa Claus . Con esta respuesta todavía me sorprendí más. Pasé a decirles que quien realmente venía era Jesús y no Santa Claus, que la misma palabra Adviento procedía de otra latina que significa “venida” o “llegada”, y que obviamente, en el contexto evangélico, se refiere a la venida del Mesías prometido . Otra compañera me informó que no es este el sentido que mayoritariamente tiene en Alemania (ella ha estado allí por mucho tiempo), sino

¿Quién vació las iglesias? 2.ª parte - Por Alfonso Ropero

  Para la primera parte  https://www.pensamientoprotestante.com/2020/12/quien-vacio-las-iglesias-1-parte-por.html Pero esto era lo que los evangélicos se negaban a reconocer : la transformación política, económica y religiosa de la sociedad y, por tanto, la necesidad de repensar la fe en vistas a la nueva situación. Darwin, los movimientos so­cialistas, la idea del progreso, habían entrado en escena; como después lo ha­rían el psicoanálisis, el existencialismo y el secularismo ideológico. La Segunda Guerra mundial representa un giro decisivo en todos los órdenes de factores. Las Igle­sias protestantes de Europa sufrieron un revés del que desde entonces no se han recupe­rado. Algo había cambiado, y mucho. Acusar unilateralmente al liberalismo te­ológico es una falta de responsabilidad : un pecado de idolatría que no quiere someter su «imagen» de Dios, cons­truida, según se cree, de materiales directamente extraídos de la cantera bí­blica, a la «imagen» de Dios que proyecta la luz de l

¿Quién vació las iglesias? 1.ª parte - Por Alfonso Ropero

La formación de un mito: el modernismo, causa de la deserción de la fe Casi desde los primeros años de mi conversión (hace ya más de cuatro decenios) vengo reflexio­nando sobre el alejamiento progresivo, en especial de la juventud, de ese camino y forma de vida enseñados por Jesús. ¿Por qué algo tan precioso y trascendental es rechazado tan masiva y ligeramente? En mis días de estudiante de teología en Inglaterra escuché repetidamente una razón que casi me convence . La culpa, se decía con variados matices pero igual contenido, es del llamado «liberalismo» o «modernismo» teológico. Todos los males que afligen al protestantismo ac­tual se debían a una única causa: a la disección racionalista de las eternas verdades de la Palabra de Dios practicada por los profesores de los seminarios liberales. Y como estos lo ponían todo en duda, ya no se podía seguir creyendo en nada. El liberalismo echaba a pique las antiguas e inconmovibles verdades del Evangelio. Lo que parecía historia se cali

Fe, conciencia y finitud - Por Adrian Aranda y Mathías Cunha

  Comprender la fe, incluso abordando la temática desde diversos ámbitos y ópticas, resulta harto complejo, es un terreno donde la experiencia personal adquiere un papel preponderante , y la experiencia personal no es universalizable. El intento por homogeneizar la fe resulta estéril, dado lo anteriormente dicho; pero del mismo modo, se corre el riesgo de caer en un terreno minado de ambigüedad y abstracción. Así, la fe es personal, una vivencia de cada uno con Dios, pero esto no habilita ampararse en la ambigüedad para definir la fe como más me convenga. Son muchos los obstáculos: la literalidad y su contraparte, la ambigüedad; las extrapolaciones, intentando imponer mi experiencia íntima aplicada a la de otros. Dicho esto, existe una característica que ha signado el concepto de fe que predomina en el discurso de muchas congregaciones : la funcionalidad. La fe se ha vuelto funcional, y más específicamente, funcional a una estructura . Hoy, extendida y bien aceptada en gran medida, p

Cuando los púlpitos se convirtieron en plataformas de odio - Por Juan M.ª Tellería

Desde sus comienzos, la Iglesia cristiana incluyó entre sus prácticas litúrgicas la predicación, sermón u homilía, que podía ser más o menos larga, pero por lo general centrada en la persona y la obra de Cristo . De esta manera, los hechos y dichos de Jesús, con especial hincapié en los acontecimientos pascuales durante los períodos señalados para ello, se constituyeron en el gran tema sobre el cual los creyentes cristianos reflexionaban antes de celebrar el Santo Sacramento de la Cena del Señor. Muy pronto, como evidencia la literatura patrística más antigua (los llamados Padres Apostólicos, desde finales del siglo I y hasta la mitad del II), la predicación cristiana se lanzó de lleno al Antiguo Testamento, las Sagradas Escrituras heredadas del judaísmo, pero siempre para buscar en ellas anticipaciones , evidentes o figuradas, de Cristo y su ministerio redentor. Y tal fue la tónica del púlpito cristiano con sus excepciones, honrosas y deshonrosas, que de todo hubo, hasta l

Lo material y lo inmaterial del ser humano - Por Manuel de León

  Es fácil darse cuenta de que estamos sumergidos en una mezcla de culturas y plagados de ideologías sobre la naturaleza del hombre, pero esas concepciones del hombre no son claras ni entendibles. Ocurre también que el Dios de la religión, la religación del hombre con Dios, se expone de una forma anacrónica, con un lenguaje que no responde a las preguntas y tampoco aproxima el hombre moderno a Dios. El hombre actual no tiene cielos ilusionantes, no sabe en qué clase de universo está, si es simplemente parte de él o además es poseedor de algo más que le trasciende. La sociedad moderna está atrapada en la necesidad de vivir el momento , arrastrada por la droga del consumo pero no pasa de ser un conjunto de muchos en soledad . Se dan por indiscutibles y muy científicos principios que son teorías sin demostrar y se prescinde de Dios manejando doctrinas mutiladas y desintegradoras de la unidad del ser humano. Mucha filosofía de la educación, muchas doctrinas pedagógicas y científicas se fo

Introducción al mundo de Qumrán (pdf de descarga) - Por Ramón A. Pinto

  Ponemos a disposición de los lectores de Pensamiento Protestante esta Introducción al mundo de Qumrán realizado por Ramón A. Pinto, diplomado en Periodismo y Teología.  Se trata de una visión general de lo que supusieron los diferentes descubrimientos de manuscritos en toda una serie de cuevas en torno al desierto de Qumrán. Una buena introducción que despertará en nosotros el deseo de seguir leyendo sobre este tema si es que no lo hemos hecho antes. A continuación dejamos el índice y más abajo el enlace para la descarga directa del pdf. ÍNDICE   I.                     Introducción ----------------------------------------4 II.                   Un hallazgo extraordinario ----------------------6 III.                Las primeras consecuencias --------------------10 IV.                Un mar de documentos --------------------------12 V.                   Los manuscritos -----------------------------------13 VI.                La comunidad qumránica -----------------------33 VII.       

Guía práctica para escribir una exégesis

  Muchas veces nos acercamos al texto bíblico con prejuicios o con ideas ya formuladas acerca de lo que el texto supuestamente quiere decir. Para un estudio serio del texto, debemos, en lo posible, abrirnos al texto, despojarnos de esos prejuicios y tratar de extraer de las Escrituras el mensaje revelado por Dios.  La Biblia no se interpreta sola. Debemos interpretarla. Además de una lectura orante o devocional, debemos hacer una lectura seria y profunda, una lectura bien estudiada, en otras palabras, una exégesis.  Acá les compartimos, traducida del inglés, una guía para la exégesis bíblica. 

'El Jesús histórico' de G. Theissen y A. Merz. Reseña - Por Alfonso Pérez Ranchal

  Editorial Sígueme, 2000, 680 páginas           Al presente, el debate sobre el Jesús histórico y el Cristo de la fe parece haber decaído ya que se ha tomado como algo demostrado la oposición entre ambos. De esta forma, se dice que del Jesús histórico no se sabe apenas nada, ni tampoco se llegará a conocer en el futuro. La razón de todo ello es que los principales testimonios que nos hablan de él, los evangelios, lo que retratan es un constructo imaginario que se centra en el Cristo de la fe.

Una introducción al cristianismo Marginal. 2.ª parte - Por Adrian Aranda

  Pero difícilmente aprendamos a vivir si primero no asimilamos a la muerte como una posibilidad; huir de esta posibilidad, de la condición de ser finitos, no hace más que llevarnos a buscar certezas donde no las hay, certezas que no son tales porque hacen que nuestro comportamiento se vuelva agresivo hacia todo aquel que represente una amenaza a nuestra seguridad, que represente nuestro miedo más oculto pero más prominente: el miedo a la finitud. El fundamentalismo, ontológicamente hablando, no es más que huir de esa incertidumbre , es huir de la incertidumbre propia de la condición humana, finita, mortal. El gran problema del existencialismo, de la escuela deconstructiva , de las críticas nietzscheanas a la metafísica occidental, es que han mostrado que no hay fundamento último, que no hay fondo, pero no han mostrado cómo vivir nuestra existencia sin fondo. Si se plantea que no podemos vivir una vida plena siendo conscientes de nuestra posibilidad más posible que es la muerte, la

Una introducción al cristianismo Marginal. 1.ª parte - Por Adrian Aranda

  Un gran error que los cristianos cometen a través de los siglos es creer que con su nacimiento nace la fe cristiana. Toman como “dado” y absoluto el cristianismo sobre el cual han sido arrojados a existir. No entienden que el cristianismo no es un “aquí y ahora”, sino una extensión espacio-temporal que abarca mucho más que el presente. Ser cristiano es estar sumergido en una historia que nos precede, nos constituye y nos supera. Desconocerla es desconocer la fe.