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Mostrando las entradas etiquetadas como Dionisio Byler

Efectos y defectos del literalismo | Dionisio Byler

Existe en la humanidad un sinnúmero de personas bilingües, perfectamente capaces de entender y expresarse en dos idiomas diferentes. Al bilingüismo se llega normalmente por circunstancias de la infancia y niñez, que es cuando mayor plasticidad tiene nuestro cerebro para el aprendizaje de la comunicación humana. Aparece en una familia de inmigrantes, por ejemplo, donde se habla el idioma del país de origen, pero los niños en su entorno social se desenvuelven perfectamente en la lengua del lugar donde ahora viven. Mi familia y la de mi esposa Connie fueron así. Decían de mí, por ejemplo, que mis primeras palabras fueron en castellano; pero que al vivir un año en Estados Unidos, donde cumplí los tres años, cambié radicalmente al inglés; y después, al volver a Argentina, empecé otra vez a hablar castellano. Las familias y comunidades bilingües tienen frecuentemente una forma particular de humor, que viene de mezclar disparatadamente los dos idiomas. Una variante de este humor bilingüe es l

Historias bíblicas no aptas para niños | Dionisio Byler

Uno de mis recuerdos más tempranos es estar sentado alrededor de la mesa de la cocina al atardecer, antes de que nos mandaran a la cama, oyendo a mi madre leernos historias bíblicas. No nos las leía desde la Biblia en sí, sino en versión para niños, desde un libro enorme lleno de ilustraciones, con lenguaje sencillo y redactadas para que no decayera el interés. (Bien es sabido que la Biblia en sí trae muchos capítulos aburridísimos, como las listas interminables de genealogía o de disposiciones legales.) Lo que no recuerdo —ni tampoco recuerdo ahora cómo lo hacían las adaptaciones de historias bíblicas que leí para nuestros hijos yo— es cómo se lo montaban para que el contenido «adulto» quedase descafeinado y apto para niños. La forma que Rut seduce a Booz, sorprendiéndole cuando está ebrio para después, por la mañana cuando despierta, hallarse desnudo con ella[1] y sentirse responsable de hacerse cargo de ella, encaja en el relato bíblico con el estereotipo de las mujeres

Los menonitas y el holocausto | Dionisio Byler

L eí hace unas semanas un libro que me resultó incómodo.  European Mennonites and the Holocaust , 2021, una colección de capítulos por diferentes autores compendiada por Mark Jantzen y John D. Thiesen. Trata sobre cómo los menonitas de Alemania, Polonia, Ucrania y Países Bajos vivieron en la época del auge del nazismo y la 2ª Guerra Mundial. En síntesis, hubo casos excepcionales en ambos extremos. Hubo quien muriera en un campo de concentración alemán por haber refugiado a judíos, y hubo quien participara activamente en el exterminio de decenas de miles de judíos. El grueso de la población menonita europea se mantuvo lejos de ambos extremos, aunque en general tendieron a simpatizar con el régimen nazi. En Polonia y Ucrania se identificaron como alemanes y se beneficiaron de un trato especial por parte del régimen de ocupación. Los menonitas de Ucrania habían padecido terriblemente bajo el régimen soviético estalinista; así que vieron la llegada del invasor alemán, con quien además comp

Sentir a Dios - Por Dionisio Byler

  Algunas personas sienten con relativa facilidad la presencia, el amor y el acompañamiento de Dios, mientras que para otros seguir al Señor es difícil porque van tanteando a ciegas, sin nunca «ver» al Señor en su fuero interior. Para algunos la cuestión del Espíritu Santo es evidente, hasta fácil. Hablar en lenguas, por ejemplo, sucede con tanta naturalidad que es cosa de rutina. Para otros el Espíritu Santo es un misterio del que conocen la teología —que es una de las personas de la Trinidad— pero que nunca los ha «tocado» en persona. Hablar en lenguas, por ejemplo, es algo por lo que han recibido oración e imposición de manos reiteradamente, pero que jamás han conseguido. La Biblia cuenta que Moisés hablaba con Dios como quien habla cara a cara con un amigo. Hablaba con Dios y sentía que Dios le escuchaba y hasta le contestaba. El rey Saúl en dos ocasiones iba tan tranquilamente a lo suyo cuando se encontró con un grupo de profetas; cayó sobre él el espíritu de profecía, y se puso a

Usar la Biblia respetando lo que es - Por Dionisio Byler

Hace años tuve un brevísimo intercambio de emails con una amiga de mis días de estudiante en los años 60, que era ahora conference minister de una de las conferencias regionales de la Iglesia Menonita en EEUU. Se trata de un ministerio que abarca toda una conferencia regional promoviendo unidad de criterios, visión y misión a lo ancho de sus muchas congregaciones locales. Esa conferencia en particular y ella como figura representativa, estaban siendo sometidos a mucha crítica y presión —me parece recordar que de parte de la gran mayoría de Mennonite Church USA— porque habían adoptado un posicionamiento relativamente tolerante de matrimonios para gays y lesbianas. Tal vez hasta hubiera en la conferencia algún pastor o pastora casados así, aunque sobre ese particular no estoy seguro. Le escribí para expresarle mi apoyo puramente personal por razón de nuestra antigua amistad, conociendo la dificultad de su posición y las duras críticas a que ella y su agrupación estaban siendo sometidos.

El declive de la religión - Por Dionisio Byler

He visto recientemente un análisis de la tendencia en lo que va de siglo, hacia el declive de la religión y la influencia de la religión en las sociedades occidentales. El análisis se centraba en la sociedad de EEUU pero se parece a lo que ya venía sucediendo en Europa desde varias décadas antes, y sospecho que en otras latitudes no irán muy a la zaga. Los factores que indicaba ese análisis no sorprenden. Entre otras cosas: 1. El auge de internet Hasta hace poco, la autoridad para responder a nuestras preguntas e inquietudes más trascendentales era el sacerdote o pastor. En el entorno evangélico, esa autoridad se basaba en la de la Biblia, autoridad inapelable por dimanar directamente de Dios. Quien no quisiera aceptar esa autoridad estaba obligado a acudir a alguna biblioteca y leer libros. Hoy día cualquier elemento de curiosidad halla respuestas infinitas —unas mucho más fiables que otras, desde luego— en internet. Es posible dar, tal vez, con algún vídeo de YouTube cuya respuesta s

El ocaso de la apologética - Por Dionisio Byler

La apologética es el arte —hay quién diría el don espiritual— de defender la fe (cristiana) con argumentos que pueden persuadir a los incrédulos. Los grandes apologetas de la fe cristiana fueron pensadores griegos y latinos de los primeros siglos de nuestra era.

Algunos errores comunes que suele inducir la Biblia - Por Dionisio Byler

En mi entrada anterior en este blog, propuse que la doctrina de inerrancia y perspicuidad de la Biblia bien puede ser cierta, pero que a todos los efectos prácticos, es sin embargo inútil. Son innumerables, al fin y al cabo, las convicciones diferentes y contradictorias que sostenemos la multitud de personas que leemos la Biblia. No todo puede ser cierto a la vez, y por tanto se constata que el error es posible aunque se lea la Biblia. Llevo toda la vida —por lo menos todo mi medio siglo en el ministerio cristiano— insistiendo que la Biblia en sí es perfecta, que es una guía infalible en el sentido de que si la empleamos correctamente, no equivocaremos el camino. He dedicado estas cinco décadas a estudiar la Biblia, aprender a sentirme cómodo con las lenguas en que primero se escribió, y predicar, enseñar en clase y escribir en libros, lo que yo entiendo que son interpretaciones correctas de lo que «dice» la Biblia.

Racismo y empatía - Por Dionisio Byler

Estos días, inevitablemente, me hallo meditando sobre la cuestión del racismo. No solo el racismo asesino sino el racismo de fondo, de actitudes , que alimenta esos asesinatos. El ser humano, creado  a imagen de Dios pero proclive a prestar oído a las tentaciones de la serpiente, somos capaces de bondad sublime y maldad espantosa. Podemos ser extraordinariamente solidarios y altruistas, capaces de sacrificarlo todo, hasta la vida, por los demás. Podemos ser también egoístas, manipuladores y crueles para utilizar a los demás para complacer nuestros propios deseos y aspiraciones. En mi opinión, una de las claves de la bondad de la que somos capaces, es la capacidad de empatía , de ponernos en la piel del otro, imaginarnos en su situación, y sufrir por hacer nuestro el sufrimiento que vive el otro. Para que eso sea posible hace falta imaginación, por supuesto, pero una forma específica de imaginación. La de imaginar que lo que vive y siente el otro, importa. Todos podemos da