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Mostrando las entradas etiquetadas como Mística

Sincero para con Dios - Por Manuel de León

Con este mismo título el obispo anglicano John Arthur Thomas Robinson   publicó [1] en 1963 una crítica al cristianismo desde una posición, revolucionaria para ese tiempo, donde se consideran antropomórficas e idolátricas muchas de las imágenes que tenemos de Dios, denunciando también la espiritualidad de evasión y la moral de situación en el cristianismo. Muchos libros se han escrito desde entonces con estos propósitos de ser sinceros y honestos para con Dios y los hombres en un intento de ir actualizando teologías y enfrentándose a la dogmática tradicional, recitada y aprendida, en la mayoría de las ocasiones, más que meditada. “Pero el Dr. Robinson   -dice Jean de la Croix   en el prólogo de este libro- es lo bastante discreto para caer en la cuenta de que se ha limitado a sustituir unas expresiones tradicionales por otras que se le han antojado mejores, pues por el hecho de llamar a Dios "el fondo de nuestro ser" en lugar de designarlo como un Ser personal, no ha progr

¿Por qué Dios nos busca? - Por Ramón A. Pinto Díaz

Sin duda a lo largo de la historia una de las preguntas que más se ha repetido tiene relación con entender el vínculo existente entre Dios y el ser humano. Lamentablemente hoy nuestra sociedad se ha vuelto extremadamente práctica y utilitarista, por lo que solo tiene valor aquello que nos rodea, pero que posee algún atributo que conlleve un beneficio concreto y tangible. Todo lo restante, aquello que no retribuya un beneficio inmediato se le considera una pérdida innecesaria de tiempo y recursos. Esto nos juega muy en contra cuando deseamos aproximarnos a la idea de Dios, puesto que inconscientemente lidiamos con el temor a estar perdiendo el tiempo en algo sin méritos de corto plazo. Vemos a Dios con una mente prisionera a nuestra época, por lo que deformamos la imagen de la divinidad para que calce con nuestros paradigmas. Siempre ha sido así, tanto en el ayer, en el hoy y seguramente en el mañana. En la antigüedad reinaba el paradigma de que el prestigio del líder estaba asociado a

¡No necesito un templo! - Por Ramón A. Pinto Díaz

Luego de meses de pasar de la cama de mi casa a la cama de un hospital, pude apreciar la importancia del afecto y la preocupación de quienes compartían mi fe.  Claro está que mi amada esposa y familia, se sacrificaron mucho para entregarme las mayores y más generosas atenciones para mi bienestar. Junto a ellos amigas y amigos con quienes compartimos el caminar se daban el tiempo y la molestia de apartar un momento en su agendas para visitar a este frágil y complicado enfermo. Dolores, tratamientos complejos y un mundo de incertidumbres, pueden llevar a cualquier ser humano a la demencia total. Pero sentir la compañía de Dios, el apoyo de mi familia y la contención cristiana de las amistades hicieron posible salir adelante en fe, convicción y esperanza.

La espiritualidad nacida en el silencio - Por Manuel de León

Antes de llegar al reino de las creencias, anterior al pensamiento, anterior a las palabras, el silencio antecede a nuestras ideas y conocimiento de Dios. Para el antropólogo y teólogo jesuita Javier Melloni, dice que “Las creencias dan cierto conocimiento de lo trascendente, pero también lo reducen a determinadas categorías. La espaciosidad del silencio va más allá del campo acotado por nuestras imágenes y conceptos sobre Dios. El modo de proceder de la mente actúa por causa-efecto, elaborando premisas y lenguaje. Las palabras organizan secuencias de significado y con ello tratan de capturar la realidad. Acallarse implica alcanzar un conocimiento anterior a la categorización del lenguaje” . La Biblia -dice Melloni- se comunica por medio de la Palabra y Cristo, el Verbo y el Logos, es la misma Palabra de Dios. ¿De qué silencio se trata entonces? El poeta y novelista Rilke, había escrito en sus años de juventud: “Aunque no lo queramos, Dios madura”. El madurar que se produce a pesar nue

La personalización de Dios frente a la belleza y el misterio de su gloria - Por Manuel de León

El más célebre anticipador de la muerte de Dios y el más dinámico predicador del superhombre  ha sido Nietzsche.  El superhombre tenía que ejecutar la propia muerte de Dios sustituyendo a Dios por él mismo. Después generará sus propios valores, dando como bueno todo lo que procede de su genuina voluntad de poder. Malraux también se empapa en la metafísica de lo humano y encuentra en el corazón del hombre la propia esperanza que origina esa misteriosa y sagrada intranquilidad agustiniana, que no es saciada hasta que el hombre reposa en Dios. Jacinto Choza, quizás inspirado en Panikkar,  es espantosamente descriptivo de esa muerte de Dios , al que la teología y la especulación había hecho “persona”:

Lo material y lo inmaterial del ser humano - Por Manuel de León

  Es fácil darse cuenta de que estamos sumergidos en una mezcla de culturas y plagados de ideologías sobre la naturaleza del hombre, pero esas concepciones del hombre no son claras ni entendibles. Ocurre también que el Dios de la religión, la religación del hombre con Dios, se expone de una forma anacrónica, con un lenguaje que no responde a las preguntas y tampoco aproxima el hombre moderno a Dios. El hombre actual no tiene cielos ilusionantes, no sabe en qué clase de universo está, si es simplemente parte de él o además es poseedor de algo más que le trasciende. La sociedad moderna está atrapada en la necesidad de vivir el momento , arrastrada por la droga del consumo pero no pasa de ser un conjunto de muchos en soledad . Se dan por indiscutibles y muy científicos principios que son teorías sin demostrar y se prescinde de Dios manejando doctrinas mutiladas y desintegradoras de la unidad del ser humano. Mucha filosofía de la educación, muchas doctrinas pedagógicas y científicas se fo

El Dios de la teología mística. Introducción - Por Manuel de León

  La experiencia no logra garantizar nada estable. Y toda esperanza ha de ser idealista por necesidad. Salvo que despojemos la duda de quién o qué rige la experiencia. Vital de Andrés   Esta vida que yo vivo es privación de vivir; y así, es continuo morir hasta que viva contigo. Oye, mi Dios, lo que digo: que esta vida no la quiero, que muero porque no muero. Teresa de Ávila   La integridad intelectual me obliga a reconocer que siempre he prejuzgado la mística concibiéndola como delirio místico, locura o al menos trastornos emocionales. Sin embargo, resulta que aparentamos guiarnos por mecanismos racionales cuando son nuestras emociones las que nos han hecho progresar. En la lucha contra la religión de la razón , donde el hombre se halla limitado a la vacía percepción exterior, la religión de la imaginación ha trascendido para dar el sentido a la vida del ser humano. A lo largo de mi vida me he relacionado con personas religiosas que adoptaba