«La ciencia es imbatible en su propio terreno, que es el mundo natural medible y experimentable, pero carece de competencia fuera de él. En particular, no tiene autoridad especial sobre temas tales como el sentido de la vida, los valores éticos o las creencias religiosas. Las opiniones de los científicos deben valorarse en función de sus argumentos y teniendo en cuenta si está en su campo de competencia… sus opiniones (sobre Dios) son muy variadas y reproducen el mismo abanico que la generalidad de las gentes, pero con una diferencia importante: cuando son creyentes, los científicos creativos suelen tener visiones muy personales, fuera de la ortodoxia, dominadas por la fuerte impresión que les produce la regularidad, la armonía y el orden que perciben en el mundo. «Rudolf Otto acuñó la palabra «numinoso» (del latín, numen, divinidad) para referirse a todo lo que es misterioso, inaprensible, escondido, lo que es absolutamente otro. Lo numinoso produce reverencia, fascinación, asombro o
Un lugar abierto a la reflexión