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Mostrando las entradas etiquetadas como Exclusión

Donde hubo desamparo, religiosos quedan - Por Ivka Itzak

Si has sido niño o niña en una iglesia evangélica o adventista de los años 90 como yo, seguramente viviste el furor de las conversiones y las predicaciones proselitistas constantes. En ocasiones te aburrías, en ocasiones no entendías, pero en muchas otras, le tenías miedo al predicador. A continuación leerás algunas lecturas que hago sobre “las conversiones” de esos años en los que tanta gente “aceptaba el mensaje”. Pido disculpas dado que a continuación haré un paneo sociohistórico sobre la Argentina de esos años, y cuál es mi lectura del contexto. Pido disculpas al resto de los países que me leen, pero estoy segura de que podrán identificarse con algunas cosas que voy a contar . Recuerdo que por esos años, un pastor muy joven llegó e hizo una campaña en la que bautizó muchísima gente. Creo que llegó a bautizar 300 personas en un día. No recuerdo el número exacto. Tenía unos 6 años.

¿La "sana doctrina" o apologética de la sospecha? - Por Wesley Mitzrrahim

  I. Breve propuesta historiográfica en torno a la configuración de la “sana doctrina”[1] Hace unas décadas la categoría de “secta” o la adscripción de “nuevos grupos sectarios” se aplicaban al conjunto de movimientos religiosos ajenos radicalmente a la tradición evangélica , pero que, sin embargo, requerían de acercamientos precisos en la tarea evangelizadora. Por ejemplo, algunos  populares manuales utilizados para tales fines en Institutos Bíblicos o Seminarios, eran el de Luisa Jeter, ¿Cuál camino? ,[2] el de Pablo Hoff, Otros Evangelio s,[3] el de Josh McDowell y Don Stewart, Estudio de las sectas ,[4] el de Van Baalen, El caos de las sectas ,[5] o las obras de Walter Martin. Gran parte de las energías en los grupos de discipulado o adiestramiento, de candidatos al ministerio, se destinaba a advertir contra los peligros de grupos sectarios. Así, la instrucción y formación de “evidencias cristianas” que se creía pertinente para la conservación de la iglesia encontraba uno de sus nú

Racismo y empatía - Por Dionisio Byler

Estos días, inevitablemente, me hallo meditando sobre la cuestión del racismo. No solo el racismo asesino sino el racismo de fondo, de actitudes , que alimenta esos asesinatos. El ser humano, creado  a imagen de Dios pero proclive a prestar oído a las tentaciones de la serpiente, somos capaces de bondad sublime y maldad espantosa. Podemos ser extraordinariamente solidarios y altruistas, capaces de sacrificarlo todo, hasta la vida, por los demás. Podemos ser también egoístas, manipuladores y crueles para utilizar a los demás para complacer nuestros propios deseos y aspiraciones. En mi opinión, una de las claves de la bondad de la que somos capaces, es la capacidad de empatía , de ponernos en la piel del otro, imaginarnos en su situación, y sufrir por hacer nuestro el sufrimiento que vive el otro. Para que eso sea posible hace falta imaginación, por supuesto, pero una forma específica de imaginación. La de imaginar que lo que vive y siente el otro, importa. Todos podemos da

Cómo hacer frente al fundamentalismo - Por Leonardo Boff

Actualmente se produce en todo el mundo un aumento creciente del conservadurismo y de fenómenos fundamentalistas que se manifiestan por la homofobia, xenofobia, antifeminismo, racismo y todo tipo de discriminaciones. El fundamentalista está convencido de que su verdad es la única y todo lo demás son desviaciones  o está fuera de la verdad. Esto es recurrente en los programas televisivos de las distintas iglesias pentecostales, incluyendo a sectores de la Iglesia Católica, pero también en el pensamiento único de sectores políticos. Piensan que solo la verdad, la de ellos tiene derecho.  El error hay que combatirlo. Este es el origen de los conflictos religiosos y políticos . El fascismo empieza con este modo cerrado de ver las cosas.

'Santos accidentales' de Nadia Bolz-Weber. Reseña - Por Alfonso Pérez Ranchal

  Reseña. JuanUno1 Ediciones, 2019 De todas formas, ha sido mi experiencia que lo que nos hace los santos de Dios no es nuestra capacidad para ser santos, sino la capacidad de Dios para trabajar a través de los pecadores. El título «santo» siempre se confiere, nunca se gana. Nadia Bolz-Weber

Un hombre extraño - Por Alfonso Pérez Ranchal

En dos de los evangelios sinópticos aparece un hombre del que apenas se nos dice nada . En Marcos el espacio dedicado a este episodio es apenas de tres versículos, en Lucas de dos. No conocemos su nombre, de dónde procedía. Es una persona anónima de la que además nunca se escucha hablar en los púlpitos, ni tan solo una meditación. Pienso en esto y la única conclusión a la que llego es que no se ajusta a muchas ideas que circulan por las iglesias. Ya se sabe, si algo no encaja mejor arrinconarlo. Este modo de actuar no deja de ser problemático ya que también se hace lo propio con las palabras de Jesús , las que hacen alusión a él. Pero es más, aquí el Galileo dejó sentado un principio, algo que debía ponerse en práctica cada vez que lo allí relatado se repitiera a lo largo de la historia del cristianismo , o mejor, ser asumido como algo normal, propio de lo que significa ser un creyente. Esta figura aparece en Marcos 9:38-40 y en Lucas 9:49-50. En ambos pasajes el contexto lo

Una mirada a la Babilonia evangélica - Por Juan María Tellería

Cuando preguntamos a cualquier miembro de una iglesia evangélica de las que encontramos a lo largo y a lo ancho de nuestra geografía nacional, sea hombre o mujer, que pase de los cuarenta y tenga en su haber cierta experiencia de vida congregacional, qué significa para él (o para ella) el nombre de Babilonia, salvo que se trate de una persona especialmente versada o particularmente interesada en la historia antigua, y posea por ello unos conocimientos exhaustivos sobre la Mesopotamia de los milenios anteriores a nuestra era, el Imperio de Hammurabi o el posterior Imperio caldeo, nos responderá probablemente dos cosas: o bien dirá que es un término que significa “confusión”, por el conocido relato de la torre de Babel y su conclusión en Gn 11,9; o bien se referirá a la enigmática figura femenina de Apocalipsis 17 y nos presentará una interpretación más o menos futurista, según la cual este nombre respondería a una organización religiosa apóstata y manipulada por el diablo, quizás en

Hay personas que no atienden a razones - Por Ignacio Simal

Hay personas que no atienden a razones. Piensan que tienen el monopolio de la verdad , y ejercen un magisterio inmisericorde.  No están interesadas en el diálogo transparente y fraterno. Presumo que su único interés es la condena del diferente desde su posible verdad. Y en la condena ven confirmadas sus convicciones. Cuando oyen algo que no se conforma a su lectura de las Escrituras se enfurecen en su interior, y “crujen los dientes” contra el que disiente de su interpretación (Hch. 7:54ss.). Llegan al extremo de no querer escuchar, y si lo hacen, no disimulan sus aspavientos. Es más, “tapan sus oídos”, y arremeten contra el presuntamente equivocado. Acaban echando al heterodoxo de la “ciudad”, y lo lapidan .

Las discípulas de Jesús - Por Ana María Tepedino

INTRODUCCIÓN En nuestros tiempos, en la medida en que se va profundizando en la experiencia de Dios, las mujeres, que siempre fueron mayoría en la Iglesia, sienten la necesidad de estudiar, de prepararse para entender mejor su fe, para oir mejor y más eficazmente a Dios. Al mismo tiempo que crecen en la fe, crecen también como personas y adquieren el valor para participar con más confianza. Comienzan, entonces, a cuestionar su propia identidad. ¿Acaso las mujeres son inferiores a los hombres, desde el punto de vista ontológico, y peores, desde el ético, además de ser inmaduras, emotivas, irracionales, ilógicas, débiles y volubles? ¿O esta es la concepción patriarcal y androcéntrica que busca una protección sagrada para proyecta esta imagen? ¡El hombre creó el estereotipo de ser inferior, pasivo y dependiente que fue interiorizado por ella misma ! Por eso, hoy día, al percibir ese proceso con toda claridad, ellas quieren “desconocer” este estereotipo y tratan de descubrir su pr

¿Cómo que adúltera, señores? No fue pecado sino linchamiento - Por Gabriel Jaraba

Se acusa a menudo a quienes pasan por ser fundamentalistas de hacer una lectura literal de los textos bíblicos. Pues a mí me parece que ese literalismo todavía se queda corto. Esto no es una salida de tono por mi parte o una provocación: se interpreta literalmente lo que a uno le conviene, y lo que no, a otra cosa, mariposa . Esa es la triste realidad de la condición humana, algo que yo suelo decir, cuando bromeo entre amigos: el peor pecado de todos es el deseo de tener razón, porque de él cuelgan todos los demás.

Junia, la apóstol transexuada (Rom 16:7) - Por Cristina Conti

El cambio de sexo parece ser algo que solo se ha dado en las últimas décadas. Eso es cierto, por supuesto, en cuanto a la operación quirúrgica que posibilita un cambio del sexo físico, pero han ocurrido cambios de sexo operados por medio del lenguaje, y que se han hecho siglos después de la muerte de la persona en cuestión. Tal es el caso de la apóstol Junia, cuyo nombre se encuentra entre los saludos finales de la epístola de Pablo a los cristianos de Roma. La cuestión sobre el género sexual de Junia no es menor , puesto que, si se trataba de una mujer apóstol –el cargo más alto en la iglesia del primer siglo– eso constituiría un buen argumento a favor de la ordenación y el liderazgo de las mujeres en todas las iglesias de la actualidad. Ya en la época de Pablo, los apóstoles no eran solamente aquellos doce apóstoles elegidos por Jesús al comienzo de su ministerio. Esos doce varones representaban al nuevo Israel, que tal como el antiguo Israel, debía asentarse sobre doce patr

El miedo a la diferencia - Por Nicolás Panotto

Allá por inicios de los ’40, el conocido psicoanalista y filósofo Eric Fromm publicaba un libro titulado El miedo a la libertad , donde trabaja de manera magistral la paradoja que existe entre la predicación de la modernidad sobre el paraíso de la libertad humana en la parafernalia del progreso, y la realidad que se evidencia en el miedo que atraviesa el “hombre moderno” en el encuentro solitario consigo mismo. Se pregonaba algo que no se podía lograr, a lo que se temía profundamente: asumir el propio lugar. ¿Cómo puede temerse al desarrollo de uno de los aspectos más elementales de nuestra existencia? Esta pregunta vino a mi mente al pensar sobre otro aspecto elemental de nuestra humanidad, como es la diferencia que nos constituye como personas y comunidad social . Ya lo sabemos y lo predicamos por doquier: “somos distintos”, “hay que promover el diálogo”, “debemos aprender unos de otros”, entre muchos otros clichés que tanto escuchamos por allí, cuya enunciación no es más que l