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Mostrando las entradas etiquetadas como Justicia divina

CHARLES DICKENS, SPURGEON Y WILLIAM BOOTH EN LOS BARRIOS BAJOS | Alfonso Ropero

Dickens y las miserias de la Revolución Industrial Charles Dickens es uno de los escritores más célebres de todos los tiempos, con personajes tan entrañables y dramáticos como David Copperfield, Oliver Twist, la pequeña Dorrit y el avaro sin corazón, Ebenezer Scrooge. Antes de ponerse a escribir trabajó como recadero-pasante en un bufete de abogados y después como taquígrafo judicial, experiencias que le sirvieron para escribir su primera novela y obra magna, Los papeles póstumos del Club Picwich . Trabajador incansable creó cientos de personajes sacados de los bajos fondos de la miseria. En Dickens se daba una voluntad decidida de crítica de las desigualdades sociales a la vez que una sincera defensa de los pobres y marginados de la sociedad. En toda su obra es evidente la hostilidad del escritor hacia los poderosos e indiferentes a la miseria de la gente.

Viviendo bajo la conmoción de la gracia - Por Alfonso Pérez Ranchal

No son pocos los que piensan que toda religión debería desaparecer. Las religiones serían las responsables de innumerables atrocidades, guerras y odios enconados por generaciones. El ateísmo tiene como uno de sus argumentos estrella precisamente esta idea, y el hecho de que el elemento religioso esté actualmente presente en toda una serie de numerosos conflictos armados parecería darles la razón. Ante esto cabe preguntarse si están en lo cierto, si al fin y al cabo el cristianismo y el islam, por ejemplo, no son en el fondo más de los mismo. Conocida es la anécdota en que durante una conferencia sobre religiones comparadas en Inglaterra una serie de expertos discutían qué era aquello que hacía diferente al cristianismo, si existía una doctrina que le fuera única. Tras un tiempo presentando ideas y descartándolas C. S. Lewis entró en el salón en el cual se estaba debatiendo esta cuestión. Lewis preguntó a qué se debía aquella algarabía. Le contestaron que estaban discutiendo

La justicia de Dios frente a la justicia humana - Alfonso Pérez Ranchal

“Gracia significa que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más… Gracia significa también que no hay nada que podamos hacer para que Dios ame menos”.  Philip Yancey Durante mucho tiempo la parábola que aparece en Mateo 20 me resultaba difícil de comprender.  Cada vez que la leía no podía llegar a explicar la forma de actuar de ese dueño que poseía una finca y que había dado ocupación a una serie de hombres a diferentes horas del día. Además, cuando la comparaba con las diferentes situaciones laborales del presente en donde es frecuente el abuso de los empresarios hacia sus trabajadores con el continuado llamado a rendir más cobrando lo mismo, o a sacrificarse en tiempos de crisis (y cuando no los hay también), la cuestión me resultaba mucho más espinosa.  Recordemos que el dueño de nuestra parábola va contratando a diferentes horas del día para finalmente pagarles a todos el mismo jornal. Así, a los que llama a primera hora de la mañana (esto sería sobre las seis)