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Mostrando las entradas etiquetadas como Apocalipsis

'Dios y la narrativa de los tiempos'. Libro de Alberto Roldán

Desde Pensamiento Protestante nos hemos interesado por la reciente publicación del libro  Dios y la narrativa de los tiempos del Dr. Alberto F. Roldán. Cuatro son las preguntas que le hicimos para que nos explicara un texto en el que relaciona el libro de Apocalipsis con varios de los grandes de la literatura latinoamericana, y ello sin dejar de dar pautas para el correcto entendimiento de este libro tantas veces mal interpretado. ¿Qué te llevó a escribir un libro como el presente?  Desde hace años estoy dedicado al estudio y enseñanza de la teología. Pero el año pasado, recibí la invitación de dos seminarios presbiterianos de México para dictar dos cursos sobre apocalíptica. Desde octubre de ese año me dediqué de lleno a reestudiar el tema. Digo "reestudiar" porque, por supuesto, no era para mí una temática enteramente nueva. Ya había producido textos sobre escatología (que se relaciona con la apocalíptica pero no es lo mismo) y ahora tenía la oportunidad de ampliar mi visió

Las sanciones económicas de la gran Bestia- Por Juan Stam

"Y hacía que a todos se les pusiese una marca...y que ninguno pudiese comprar ni vender sino los que tuviesen la marca"  Apoc. 13.16s. Es curioso, y sintomático de las incoherencias que prevalecen en la interpretación del Apocalipsis, que tanta gente se obsesione por descifrar el misterio del número "666", pero casi nadie se fija en la finalidad de dicha marca -el impedir que otros compren y vendan.   La inmensa mayoría malinterpreta  el "666" como una especie de rompecabezas o crucigrama del cual depende supuestamente toda nuestra comprensión del futuro.  Podemos estar seguros de que tanto Juan como sus lectores sabían quién era la Bestia y por qué se conocía por "666".  Nosotros también, con un grado de certeza hermenéutica bastante alto, podemos entender lo que Juan quiere decir por "la Bestia" (cf. 17.7-11), pero carecemos casi totalmente de claves hermenéuticas seguras para saber por qué Juan y sus lectores la identificaban con el

El Apocalipsis y las epidemias - Por Juan Stam

  Siempre que ocurran fenómenos trágicos, como terremotos, huracanes o epidemias, muchas personas comienzan a pensar “apocalípticamente”. En un sentido, sanamente encaminada, esa reacción puede ser positiva. En nuestras experiencias dolorosas, Dios nos llama a la reflexión sobre nuestras vidas y sobre la sociedad en que vivimos .    Muchas veces, sin embargo, el pánico lleva a la gente a conclusiones totalmente ajenas a la intención del autor bíblico. Algunas personas presuponen que es Dios mismo quien causa estas tragedias , como si el Creador metiera la mano en los volcanes para causar erupciones o como si las epidemias fuesen una especie de sabotaje biológico realizado por el Todopoderoso. Entonces concluyen que con esos fenómenos Dios está castigando a la humanidad, sobre todo a grupos o naciones que no son de nuestro agrado. Otros llevan la especulación un paso más adelante, para afirmar que cualquier desastre o calamidad es una nueva prueba de la pronta venida de Cristo.    Todo

La pandemia, el Apocalipsis y nuestra misión cristiana - Por Juan y Rebeca Stam

¡De un día para otro nos cambió la vida! Arrancó la pandemia del coronavirus y ya todo cambió. Tenemos que aislarnos, no socializar físicamente, mantener dos metros de distancia y, mejor todavía, quedarnos en casa. Algunos países o localidades han sido más cautelosos y estrictos que otros. Algunos gobernantes esperan que ignorándolo se acabe el problema. Las salidas a la calle están limitadas a lo más necesario: comida, medicina, trabajo, emergencias. Las escuelas se cerraron y los estudiantes continúan su aprendizaje a distancia. Las reuniones familiares, de amigos o grupos se realizan en línea. Los que pueden, trabajan desde sus casas. Otros se reinventan la circunstancia para sobrevivir. Muchos ya no tienen trabajo. O comida. Todo, absolutamente todo, ha cambiado. Hay que adaptarse. Las noticias pueden infundir temor. Los números de casos y, tristemente también de las muertes, suben exponencialmente. Hay que disminuir ese crecimiento. Hay que desacelerarlo. Buscamos achata