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Mostrando las entradas etiquetadas como Alfonso Ropero

La problemática relación del cristianismo con la filosofía | Alfonso Ropero

El mensaje de Jesucristo, a partir del cual surge el cristianismo, fue estrictamente hablando un mensaje religioso dirigido exclusivamente a los judíos. Consistía básicamente en la llegada del Reino de Dios tan anunciado por los profetas, y tan vivo en la mentalidad apocalíptica que se había ido formado en Israel en los siglos anteriores al nacimiento de Jesús. Es sabido que la filosofía no caracterizaba precisamente a los judíos, un pueblo que había renacido de las cenizas del destierro en Babilonia en torno a la ley de Moisés. Solamente unos cuantos judíos transterrados en otros países, se interesaron positivamente por la filosofía, los llamados judíos helenistas, concretamente los afincados en tierra egipcia, con Filón de Alejandría como su cabeza más conspicua y fecunda. No que ellos buscaran la filosofía, sino que rodeados por el inmenso mar de la cultura helénica , y obligados por el reto que esta suponía para sus creencias, se acercaron a la filosofía con intención a...

LA IGLESIA COMO BARCA DE SALVACIÓN | Alfonso Ropero

  LA IGLESIA COMO BARCA DE SALVACIÓN El papel del cristianismo en la crisis ecológica Casi desde el principio del cristianismo, la Iglesia ha venido siendo comparada a una barca, «la barca de Pedro», que en el mar de este mundo ayuda a la humanidad pecadora a salvar su alma. La imagen de la Iglesia como barca de pesca es bastante poderosa, que hunde sus raíces en las parábolas de Jesús, por eso fue de las más utilizadas en los primeros siglos, muy presente en el arte y la imaginería eclesiales. «La Iglesia es semejante a una nave que continuamente es agitada por las tormentas y tempestades, pero que no podrá naufragar jamás, porque su palo mayor es la Cruz de Cristo; su piloto, el Padre; su timonel, el Espíritu Santo; sus remeros, los Apóstoles» (Gregorio de Elvira, s. IV). Nave se llama a la parte del edificio eclesial donde los fieles pueden sentirse seguros de las tormentas y peligros del mundo exterior. Adriaen Pietersz van der Venne, Pescando almas, 1614 La Reforma protesta...

BILLY GRAHAM, CRUZADO DE LA FE CONTRA EL COMUNISMO | Alfonso Ropero

BILLY GRAHAM, CRUZADO DE LA FE CONTRA EL COMUNISMO EVANGELIZACIÓN Y JUSTICIA SOCIAL: EL PACTO DE LAUSANA   «El anticomunismo posterior a la Segunda Guerra Mundial que se desarrolló durante las presidencias de Harry Truman y Dwight Eisenhower dio cabida a interpretaciones evangélicas que respaldaban su retórica del bien contra el mal. El evangelista Billy Graham y otros líderes evangélicos hicieron referencia constantemente a los acontecimientos de la Guerra Fría y promovieron el nacionalismo cristiano y al mismo tiempo llamaron a los estadounidenses a volverse a Dios y alejarse del pecado»[1].

DIOS EN LA EDAD DE LA CIENCIA | Alfonso Ropero

  Introducción al pensamiento de John C. Polkinghorne En 1961 se publicó una obra extraordinaria del teólogo anglicano Alan Richardson, The Bible in the Age of Science (Westminster Press, 1961), que fue traducida y publicada en castellano unos pocos años después [1]. Cuatro décadas más tarde, el también teólogo anglicano John C. Polkinghorne publicó una obra muy oportuna sobre Dios en la edad de la ciencia [2]. Ambas reflejan la inquietud de los cristianos en su día sobre dos puntos centrales de la fe en relación a la ciencia.

EL MISTERIO DE LA SALVACIÓN, LIBERTAD Y CONDENACIÓN. Visión anglicana del infierno | Alfonso Ropero

  En un frío Enero de 1996 la prensa británica encabezó sus páginas con titulares semejantes a estos: «Los anglicanos enfrían un tema candente: el infierno». «El infierno ha perdido su furia». « La Iglesia de Inglaterra actualiza la idea del infierno»[1] . «Los ancianos de la iglesia echan agua fría sobre el infierno y la condenación»[2] . La noticia a la que hacían referencia se puede resumir de la siguiente manera:

El infierno en las iglesias históricas| Alfonso Ropero

  El caso de Noruega Hasta principios del siglo XX la negación del infierno en las iglesias en general era algo extraordinario y muy atrevido. Había un consenso general en admitir la doctrina del tormento eterno como parte del justo castigo del pecador impenitente. Naturalmente, había muchos pastores y sacerdotes que en su fuero interno eran escépticos e incrédulos al respeto, pero corría un dicho que resumía bien la situación: «creer en el infierno y predicarlo es de brutos, no creer y decirlo, es de necios». Los pensadores ilustrados fueron los primeros en sembrar la duda sobre la existencia de un infierno horrendo  post mortem  al tiempo que criticaban socialmente la aplicación de tormento en los casos judiciales y lo condenados a pena de muerte. Por esa época se puso de manifiesto la inhumanidad de la tortura y del maltrato a los reos. Con la Ilustración filosófica y política comienza a introducirse una nueva sensibilidad en Europa, aparece una nueva conciencia a la h...

El infierno en los Padres de la Iglesia | Alfonso Ropero

«A menudo tenemos la impresión de que la iglesia primitiva fue un período improductivo en lo que respecta a la doctrina del infierno y a la escatología en general. Después de todo, ningún concilio general trató las doctrinas escatológicas de la misma manera que se abordaron los temas trinitarios y cristológicos. Las declaraciones de fe, por su parte, prestan sólo una mínima atención a las cuestiones escatológicas. Típico de esta tendencia es el Credo de los Apóstoles , con su discurso de que Cristo viene a juzgar a los vivos y a los muertos y con su simple afirmación de creer en “la resurrección de la carne y la vida eterna”».  Graham Keit[1]

Redención ilimitada. La cirugía del infierno | Alfonso Ropero

De Karl Barth a David B. Hart Cuenta Kenneth S. Kantzer, antiguo editor de Christianity Today , que cuando Karl Barth visitó los Estados Unidos en 1963, Edward John Carnell, profesor del Seminario Fuller, le preguntó si creía en el infierno, a lo que el teólogo suizo respondió: «No, no creo en el infierno; creo en Jesucristo»[1]. Una respuesta muy congenial con su teología, pero que no debió gustar mucho al que formuló la pregunta. De hecho, el mundo evangélico estadounidense cerró todas sus puertas a Barth, tildado de neoliberal[2]. 

Fuego que consume. La aniquilación del Infierno | Alfonso Ropero

  «A nadie le gusta la doctrina del infierno. Incluso entre los eruditos que definen el infierno en términos de tormento eterno consciente, existe cierta repulsión ante la idea de que Dios condenaría quizás a una gran parte de la población mundial al castigo eterno en el infierno. Esta es la tensión entre la creencia en un Dios bueno y amoroso y la posibilidad de la condenación eterna».  Ramon Baker [1]