Descenso de Cristo a los infiernos En 2011 el público evangélico estadounidense fue sorprendido por un libro de título romántico y asertivo, Love Wins ( El amor gana ), escrito por uno de los 25 pastores más influyentes del país, Rob Bell, fundador y líder de una megaiglesia en Michigan. Las ventas del mismo se dispararon hasta reventar el mercado americano, extendiéndose al Reino Unido y al resto del mundo angloparlante, fue tal su popularidad que se hizo viral. Pero su contenido tenía poco de inocente o sentimental. El autor venía a decir que el infierno no es una entidad real, un espacio de tormento post mortem para los infieles, el infierno es un destino al cual el amor de Dios sabrá cómo vencerlo, cómo derrotarlo, cómo convertirlo en cielo, de modo que todos, creyentes y no creyentes, serán posiblemente salvos. Tesis demasiado atrevida como para no generar una respuesta unánime de condenación. De repente, Bell, que hasta ese momento brillaba como una estrella emergente del evang