Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Misericordia

Resurrección significa reconstrucción de los sueños rotos, de la utopía universal- Por Fernando Bermúdez

Hemos recorrido en Cuaresma  el camino hacia la Pascua. Paso de la muerte a la vida. No hay resurrección si no hay muerte. La crucifixión y muerte de Jesús no solo fue un acontecimiento histórico del pasado sino también del presente , más aún, un acontecimiento cósmico. Como creyente, confieso que la resurrección de Jesús abre la puerta a la esperanza. La muerte deja de ser el final de la existencia. A los crucificados de la historia, esclavos de todos los tiempos, pobres, oprimidos, marginados, inmigrantes y refugiados, ahogados en el Mediterráneo o en la travesía a Canarias, y a todos los que han muerto soñando y luchando por otro mundo más justo y humano, se les hace justicia . La resurrección nos revela que la última palabra sobre la historia no la tienen los poderes del mal ni el sistema que hoy domina el mundo sino el Dios de la Vida.  Creer en la resurrección no es una evasión ni una alienación sino un compromiso liberador en el aquí y ahora, haciendo posible una nueva humanid

La justicia de Dios frente a la justicia humana - Alfonso Pérez Ranchal

“Gracia significa que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más… Gracia significa también que no hay nada que podamos hacer para que Dios ame menos”.  Philip Yancey Durante mucho tiempo la parábola que aparece en Mateo 20 me resultaba difícil de comprender.  Cada vez que la leía no podía llegar a explicar la forma de actuar de ese dueño que poseía una finca y que había dado ocupación a una serie de hombres a diferentes horas del día. Además, cuando la comparaba con las diferentes situaciones laborales del presente en donde es frecuente el abuso de los empresarios hacia sus trabajadores con el continuado llamado a rendir más cobrando lo mismo, o a sacrificarse en tiempos de crisis (y cuando no los hay también), la cuestión me resultaba mucho más espinosa.  Recordemos que el dueño de nuestra parábola va contratando a diferentes horas del día para finalmente pagarles a todos el mismo jornal. Así, a los que llama a primera hora de la mañana (esto sería sobre las seis)