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Mostrando las entradas etiquetadas como Meditaciones

El ciego de nacimiento | José Antonio Pagola

El relato es inolvidable. Se le llama tradicionalmente la «curación del ciego de nacimiento», pero es mucho más, pues el evangelista nos describe el recorrido interior que va haciendo un hombre perdido en tinieblas hasta encontrarse con Jesús, «Luz del mundo». No conocemos su nombre. Solo sabemos que es un mendigo, ciego de nacimiento, que pide limosna en las afueras del Templo. No conoce la luz. No la ha visto nunca. No puede caminar ni orientarse por sí mismo. Su vida transcurre en tinieblas. Nunca podrá conocer una vida digna. Un día Jesús pasa por su vida. El ciego está tan necesitado que deja que le trabaje sus ojos. No sabe quién es, pero confía en su fuerza curadora. Siguiendo sus indicaciones, limpia su mirada en la piscina de Siloé y, por primera vez, comienza a ver. El encuentro con Jesús va a cambiar su vida. Los vecinos lo ven transformado. Es el mismo, pero les parece otro. El hombre les explica su experiencia: «Un hombre que se llama Jesús» lo ha curado. No sa

Dejad que los niños vengan a mí | Juan María Tellería

Uno de los pasajes más conocidos de los Santos Evangelios es el referido en San Lucas 18:15-17 (y paralelos), donde se nos narra un episodio harto entrañable del ministerio de Jesús, cuando le llevan unos niños para que les imponga las manos y los bendiga pese a la oposición de los discípulos. Una historia semejante se ha prestado desde siempre a una exposición homilética centrada en la idea de que Dios (o Jesús en este caso concreto) bendice a quienes tienen un alma pura e inocente, característica inherente a los niños y “conditio sine qua non” para la entrada en el Reino. Tal ha sido la interpretación “cuasicanónica” de este relato, y por lo que escuchamos con frecuencia, continúa siéndolo en el sentir de muchos cristianos contemporáneos nuestros. Pero se basa en un cliché cultural de Occidente, no en la realidad de los tiempos de Jesús, ni tampoco de los nuestros. La cultura occidental viene prodigando desde hace siglos, y pese a su confrontación constante con la cruda realidad, una

Ser iglesia en el siglo XXI - Por Ángel I. Gálvez

Nadie puede negar que las características de la iglesia del siglo XV no son las mismas que la iglesia del siglo XXI. Desde la forma de la liturgia hasta la preparación de los mensajes, todo es diferente. Si vamos un poco más hacia atrás y miramos la iglesia primitiva, nos daremos cuenta que esta era muy diferente a la iglesia de hoy. La iglesia primitiva no tenía templos como los que tenemos hoy, no tenía grupos de adoración -la adoración era comunitaria- no disponía de bautisterios o de una escuela dominical superestrucurada y organizada, etc. Todos estos elementos, muy propios de la iglesia en la actualidad, se han ido agregando a lo largo de la historia como una manera de renovación de la iglesia y como un medio de ser más eficaz en su labor misional. Todos estos elementos, además, evidencian que la iglesia siempre ha caminado al lado de la cultura que le rodea. No podemos pensar que, como cristianos, estamos desligados de la cultura. Es por tal razón, que la iglesia de hoy, cultura

Meditaciones 'bunyanas' desde el avión- Por José Luis Avendaño

Cierta vez, mientras hacía ese largo y extenuante viaje desde Santiago a Toronto, leía asiduamente, una vez más, el Progreso del peregrino de John Bunyan. En parte, acometía por vez enésima esa lectura para hacer menos monótona esta de suyo más monótona todavía travesía aérea, pero también por el enorme regocijo que trae siempre al alma del creyente la lectura de este clásico de la literatura evangélica, cuánto más, nuestras almas atraviesan por temporadas de soledad, sequedad, apremio. Llegaba en algún momento de mi lectura, durante el vuelo, a aquel momento en el que el libro narra el encuentro entre Cristiano y Fiel, y Bunyan se explaya largamente acerca de los sentimientos que sobrecogen a uno y otro al poder por fin encontrar a un compañero de fe durante el solitario y escabroso camino de los peregrinos: ¡El corazón de ambos se llena de gozo por el encuentro, uno y otro comparten acerca de la dicha de la salvación, de los peligros y tentaciones que han encontrado d

'Regresar a Jesús' por Juan María Tellería

¿Qué significa regresar a Jesús?

La banalización de la teología

Hace unos meses un teólogo con una larga y celebrada trayectoria académica en América Latina compartió la siguiente reflexión en sus redes sociales: Una cosa es enseñar teología. Otra distinta es enseñar a hacer teología. No es hablar sobre Dios, sino aprender a discernir la historia y sus contextos a la luz de nuestras imágenes sobre su misterio. No es definir qué dice o qué no dice la Biblia, sino generar las herramientas necesarias para abrir sus infinitas lecturas posibles. No es objetivar la fe sino enriquecer nuestra experiencia del creer a la luz del conocimiento de sus dimensiones relacionales, corporales, sociales, políticas, culturales y místicas. ¿Qué es lo que entiendo de esta reflexión acerca del quehacer teológico? Pareciera decir que lo más importante es nuestro acercamiento más que la persona que nos invoca . La búsqueda no va detrás de verdades objetivas y cognoscibles sino interpretaciones que podrían enriquecer la experiencia humana. No es cuestión de unión con D

"¿Encontrará fe en la tierra?" - Por Manuel Sonora

“No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (Lucas 18:8) Me da preocupación leer en mis contactos muchos amigos que han perdido la fe completamente. Dudan de que haya un Dios misericordioso y amante en los cielos y que esté profundamente preocupado por su creación. Y por supuesto han perdido toda fe y confianza en la Biblia, debido a que muchos cristianos hacen mal uso de ella buscando solo sentencias condenatorias y amenazas para la humanidad y enfatizando el tema del pecado y del castigo correspondiente.  Pero lo más preocupante es que no les falta razón. Yo veo a mi alrededor tantas injusticias. Tanta ingratitud y malas acciones que caen por lo general en gente buena, temerosa de Dios y que se esfuerza en hacer su voluntad.  Y me irrita sobremanera leer esos mensajes ramplones en donde con un versículo de la Biblia se nos promete que recibiremos bendiciones en esta semana o que Dios tiene preparado para nosotros un cúmulo de bendiciones y

Lo íntimo, lo privado y lo oculto - Por Arturo Rojas

La difusa frontera entre lo secreto y lo encubierto Hablar de la intimidad puede ser al mismo tiempo estimulante y abrumador. Estimulante porque, en el cristianismo con especialidad, la intimidad es el escenario primario y principal de todas las dinámicas de la fe en el encuentro con Dios en la persona de Cristo, como lo declaró puntualmente el rey David en el salmo 51:6: “Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría”. Circunstancia que llevó a Agustín a decir acertadamente que Dios es más íntimo a nosotros que nosotros mismos. Pero abrumador, precisamente, por todo lo que puede llegar a abarcar el ocuparnos de un fuero tan vasto como lo es la intimidad, que es la fuente del auténtico mejoramiento y enriquecimiento de la persona en todos los demás frentes de su actividad y desempeño privado y público. A propósito de lo privado, el derecho a la privacidad se superpone y confunde con el también llamado “derecho a la intimidad”, ambos consagrados en la

La tiranía de las emociones - Por José Luis Avendaño

"Una de las peores trampas en las que el obrero cristiano puede caer es obsesionarse con los momentos excepcionales de inspiración que ha tenido. Cuando el espíritu de Dios te da un tiempo de inspiración y discernimiento piensas: 'Ahora, esta será siempre mi condición para Dios'. No, no lo será y Él cuidará que no sea así. Esos momentos son un regalo de Dios en su totalidad. No te los puedes dar a ti mismo cuando lo desees. Si dices que siempre tienes que estar en tu mejor condición, realmente te conviertes en una carga intolerable para Él. Nunca harás nada a menos que Dios te mantenga inspirado de una manera consciente. Si a tus mejores momentos los conviertes en un dios, descubrirás que la guía del Señor va desapareciendo de tu vida y nunca regresará hasta que seas obediente en el trabajo que te ha colocado más cerca, y cuando aprendas a no obsesionarte con esos momentos excepcionales que Él te ha dado". (Oswald Chambers, En pos de lo supremo ). El devoc