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Mostrando las entradas etiquetadas como Liberalismo

¿Quién vació las iglesias? 2.ª parte - Por Alfonso Ropero

  Para la primera parte  https://www.pensamientoprotestante.com/2020/12/quien-vacio-las-iglesias-1-parte-por.html Pero esto era lo que los evangélicos se negaban a reconocer : la transformación política, económica y religiosa de la sociedad y, por tanto, la necesidad de repensar la fe en vistas a la nueva situación. Darwin, los movimientos so­cialistas, la idea del progreso, habían entrado en escena; como después lo ha­rían el psicoanálisis, el existencialismo y el secularismo ideológico. La Segunda Guerra mundial representa un giro decisivo en todos los órdenes de factores. Las Igle­sias protestantes de Europa sufrieron un revés del que desde entonces no se han recupe­rado. Algo había cambiado, y mucho. Acusar unilateralmente al liberalismo te­ológico es una falta de responsabilidad : un pecado de idolatría que no quiere someter su «imagen» de Dios, cons­truida, según se cree, de materiales directamente extraídos de la cantera bí­blica, a la «imagen» de Dios que proyecta la luz de l

¿Quién vació las iglesias? 1.ª parte - Por Alfonso Ropero

La formación de un mito: el modernismo, causa de la deserción de la fe Casi desde los primeros años de mi conversión (hace ya más de cuatro decenios) vengo reflexio­nando sobre el alejamiento progresivo, en especial de la juventud, de ese camino y forma de vida enseñados por Jesús. ¿Por qué algo tan precioso y trascendental es rechazado tan masiva y ligeramente? En mis días de estudiante de teología en Inglaterra escuché repetidamente una razón que casi me convence . La culpa, se decía con variados matices pero igual contenido, es del llamado «liberalismo» o «modernismo» teológico. Todos los males que afligen al protestantismo ac­tual se debían a una única causa: a la disección racionalista de las eternas verdades de la Palabra de Dios practicada por los profesores de los seminarios liberales. Y como estos lo ponían todo en duda, ya no se podía seguir creyendo en nada. El liberalismo echaba a pique las antiguas e inconmovibles verdades del Evangelio. Lo que parecía historia se cali