En un mundo cada vez más deshumano, inclusive entre aquellos que se dicen creyentes, es necesario contemplar y acoger al Dios que se hace humano, al Dios que se hace pequeño, que se hace pobre y nace entre los más pobres, que al final fueron los únicos que le hicieron un hueco en medio de ellos. Maria y Jose Asumir la humanidad de Dios Navidad es tiempo para asumir la humanidad de Dios, de un Dios que nos da la posibilidad de tener actitudes divinas en la medida en que tenemos prácticas cada vez más humanas. Nunca llegaremos a Dios si no nos hacemos cada día más humanos, nunca acogeremos al Dios que se hace Niño si no estamos dispuestos a acoger a tantos hombres y mujeres que son imagen de Dios y que vienen a nuestro encuentro de forma cotidiana. Acoger a un Dios que nos sigue sorprendiendo, y lo hace porque se manifiesta de modos muy diferentes a los que muchos de nosotros imaginamos y esperamos. Es difícil imaginar a un Dios que se hace gente, que quiere caminar con nos
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