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Mostrando las entradas etiquetadas como Amor de Dios

«¡Mi hijo se ha condenado eternamente!» - Por Juan María Tellería

Yo mismo salvaré a tus hijos (Isaías 49, 25b BTX) Mientras compartimos con todos nuestros amables lectores esta reflexión, no dejan de venirnos a la mente recuerdos e imágenes de ciertas situaciones que hemos vivido o hemos presenciado y, todo hay que decirlo, nos han hecho daño, moralmente hablando. Rememoramos en primer lugar a aquella señora de edad, creyente convencida y miembro de una pequeña congregación rural de nuestro país, que atravesaba por unos momentos de gran desánimo debido al reciente deceso de su esposo (también creyente) por suicidio, tras un largo proceso de profunda depresión; pero el desaliento de aquella hermana en la fe aún se había acentuado cuando el pastor de su iglesia, joven y recién llegado allí, lo primero que había hecho al saludarla y conocer la situación por la que estaba atravesando fue asegurarle, con gran vehemencia teológica y una salva interminable de versículos bíblicos, que su esposo estaba irremisiblemente condenado por su cobardía y

La justicia de Dios frente a la justicia humana - Alfonso Pérez Ranchal

“Gracia significa que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más… Gracia significa también que no hay nada que podamos hacer para que Dios ame menos”.  Philip Yancey Durante mucho tiempo la parábola que aparece en Mateo 20 me resultaba difícil de comprender.  Cada vez que la leía no podía llegar a explicar la forma de actuar de ese dueño que poseía una finca y que había dado ocupación a una serie de hombres a diferentes horas del día. Además, cuando la comparaba con las diferentes situaciones laborales del presente en donde es frecuente el abuso de los empresarios hacia sus trabajadores con el continuado llamado a rendir más cobrando lo mismo, o a sacrificarse en tiempos de crisis (y cuando no los hay también), la cuestión me resultaba mucho más espinosa.  Recordemos que el dueño de nuestra parábola va contratando a diferentes horas del día para finalmente pagarles a todos el mismo jornal. Así, a los que llama a primera hora de la mañana (esto sería sobre las seis)

1 Corintios 13 – ¿Un texto de terror? - Por Francisco Javier Goitía Padilla

  Introducción Como ministro ordenado de la Iglesia Luterana y pastor de varias congregaciones en Puerto Rico y los Estados Unidos, predico cada domingo [1] . El texto de 1 Corintios 13 es uno muy querido que es parte del calendario litúrgico de la Iglesia. En las tradiciones que no utilizan el calendario litúrgico, 1 Corintios 13 también es un texto que se predica con frecuencia. Es un texto sugerido y utilizado en ocasiones especiales como bodas y celebraciones del amor y la amistad. El texto se reclama como paradigmático del amor cuando conversamos en las clases de matrimonio en nuestra labor de cuidado pastoral. Es, tal vez, el primer texto que viene a nuestras mentes cuando conversamos acerca del amor en las salas y comedores de nuestros hogares.   Cuando reflexionamos acerca de las conversaciones que revolotean alrededor del texto y de las interpretaciones que tradicionalmente le damos en nuestras predicaciones podemos encontrar dos asuntos inquietantes: (1) la interpretación pa

Gracia y visión de futuro - Por Juan Larios

Hace ya varios años, el P. Antonio Salas, desgraciadamente ya fallecido, decía  en una de sus conferencias en las que yo era asistente, lo siguiente:  “Si yo me pusiera a repartir a ustedes caramelos, y quisiera ser justo, debería dar a todos el mismo número de ellos. Algunos, seguramente dirían: no gracias, no quiero. Otros dirían: no gracias, no puedo, por el azúcar. Otros, tomarían los caramelos y se los guardarían en el bolsito, y, probablemente, ahí se quedarían por tiempo indefinido. Otros, en cambio, los tomarían, les quitarían el envoltorio, se los meterían en la boca para degustarlos, saborearlos y disfrutarlos”. Pues bien, creo que esto mismo es lo que ocurre con eso que llamamos Gracia ; demasiadas veces la hemos guardado en nuestros bolsillos y nos hemos olvidado de ella ; y cuando hemos querido saborear el caramelo, el envoltorio estaba tan pegado a él que ya era imposible disfrutar de su sabor. Los reformadores enfatizaron de manera extraordinaria la salvación por

¿Cómo que adúltera, señores? No fue pecado sino linchamiento - Por Gabriel Jaraba

Se acusa a menudo a quienes pasan por ser fundamentalistas de hacer una lectura literal de los textos bíblicos. Pues a mí me parece que ese literalismo todavía se queda corto. Esto no es una salida de tono por mi parte o una provocación: se interpreta literalmente lo que a uno le conviene, y lo que no, a otra cosa, mariposa . Esa es la triste realidad de la condición humana, algo que yo suelo decir, cuando bromeo entre amigos: el peor pecado de todos es el deseo de tener razón, porque de él cuelgan todos los demás.

De la soberanía al amor. Cambio de paradigma en teología - Por Alfonso Ropero.

     De unos años a esta parte una inquietud agita a pastores e iglesias de toda Latinoamérica; me refiero a la creciente aceptación por parte de miembros y líderes de distintas denominaciones de un calvinismo más o menos acorde a los clásicos cinco puntos. Es una situación sorprendente, toda vez que el calvinismo venía estando muy relegado a determinadas iglesias reformadas muy focalizadas y cerradas en sí mismas. Hoy ha saltado al mundo pentecostal, constitutivamente arminiano, y no deja de crecer. Muchos pastores están preocupados y lo ven como una amenaza. No tanto por lo que tiene de afirmación doctrinal, como por los efectos que produce en la actitud de aquellos que lo adoptan, dando lugar comportamientos cercanos a la arrogancia y al espíritu de superioridad. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? No hay que culpar al calvinismo que, lenta pero incansablemente, ha ido creando y produciendo redes de doctrina y pensamiento calvinista, sino a la mayoría de los pastores,

Lectura recomendada: "Jesús" de Susaku Endo - Por Pensamiento Protestante

El libro  Jesús, del escritor católico Shûsaku Endô, tiene mucha relación con el artículo de más arriba de Alfonso Ropero sobre el cambio de paradigma que se debería dar en la teología [1] . La necesidad de este cambio, de la soberanía al amor, se hace plenamente evidente en las propias vivencias de Endô. Siendo japonés, se preguntaba insistentemente la razón por la que el cristianismo había calado tan poco en su país. Japón se había convertido en una nación moderna que había adoptado muchas prácticas occidentales, sin embargo, el cristianismo apenas superaba el 1% de la población. En claro contraste, el budismo sí que llegaba a muchas más personas. Finalmente encontró la respuesta: todo se debía al perfil con el que se presentaba al Dios cristiano. En una sociedad marcada por el padre, presentar a Dios con esos rasgos significaba su rechazo. El padre de familia japones era alguien autoritario, que hacía depender su amor hacia los hijos si estos cumplían ciertas expec