Algunos han especulado que el infierno se parece a un círculo. Todos los días son idénticos. Todo se repite. La rutina invade la vida. No hay espacio para lo inesperado e incierto. Si el infierno es así, yo vivo en él desde hace mucho tiempo, pero con una importante salvedad. Lejos de sentirme confinado en una prisión, experimento un júbilo que se aviva con la perspectiva de volver a vivir el mismo día una y otra vez. Solo me preocupa una cosa . Mi existencia no es un círculo perfecto. Un día se romperá. No pienso en las novedades que quizás se produzcan, sino en la irrupción de la muerte. Por desgracia, nuestra vida es una línea que se rompe antes o después. Julián Marías especulaba que la inmortalidad tal vez consistiría en continuar las trayectorias interrumpidas. Confío en que sea así. La otra alternativa es desalentadora . Si solo somos un cuerpo con un cerebro que nos incordia con sus perplejidades, la muerte consistirá en una simple desconexión, no muy distinta de la que se pro...
Un lugar abierto a la reflexión