Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Luis Aránguiz

Que se acabe el pentecostalismo. Que vuelva el cristianismo pentecostal- Por Luis Aránguiz

Con los años, he conocido muchos pentecostales reflexivos que están preocupados por el progreso del movimiento. Sabemos cuánto crece en el mundo. Sabemos de los testimonios e historias incleíbles que podemos encontrar en las iglesias. Pero también sabemos sobre el abuso de poder. Sabemos sobre el rechazo aun generalizado a la teología. Sabemos de la politización inconsciente. Así que, cuando ponemos estos y otros elementos en la balanza, tenemos dos opciones: irnos o quedarnos. A veces hay quienes les resulta difícil entender cómo Dios obra en medio de personas que “desprecian conocerle”. En mi caso, me tomó algunos años entender que Dios obra del modo que él quiere. Y es más, que el rechazo al conocimiento intelectual no significa el rechazo a otras formas de conocimiento. Traté de usar las herramientas que adquirí estudiando, pero olvidé que la teología no es meramente una disciplina intelectual, sino que es, como lo fue para los primeros cristianos, un camino de vida. En

El monstruo político neopentecostal - Por Luis Aránguiz

  Un monstruo recorre Latinoamérica. Y no es ni el Leviatán de Hobbes, ni el fantasma del comunismo de Marx. Se trata de una entidad bastante menos espeluznante, pero lo suficientemente incomprendida como para ser el objeto de preocupación de la autocomplacencia liberal-progresista. Me refiero al monstruo neopentecostal. ¿Qué es un neopentecostal? Un neopentecostal es una persona que adhiere al movimiento religioso que llamamos  “neopentecostalismo” , término acuñado por investigadores para caracterizar a un segmento de creyentes que se agrupa bajo un tipo de iglesia evangélica con una liturgia modernizada en que se usa batería, guitarra eléctrica; un marcado interés por utilizar los medios de comunicación; con una “teología de la prosperidad” que consiste básicamente en decirle a las personas que mientras más dinero ofrenden, Dios más los prosperará; una teología de la “guerra espiritual”, según la cual la realidad humana es concebida como un espacio en el que interactúan entidades es