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Mostrando las entradas etiquetadas como Violencia

¿Qué hacemos con el Antiguo Testamento? | Juan María Tellería

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos. (Hebreos 4, 12a RVR60) Puede parecer tal vez que titulamos esta reflexión de hoy con una pregunta sin demasiado sentido en un medio evangélico, pero no lo es. La experiencia nos ha venido confirmando año tras año de forma bastante tenaz que los treinta y nueve libros de la primera parte de la Biblia constituyen un problema no pequeño para muchos creyentes reflexivos, desde niños y jóvenes de nuestras escuelas dominicales hasta los pastores que han de leer, meditar y estudiar los textos que preparan para la predicación, pasando por tantos miembros de nuestras iglesias a quienes su lectura desconcierta o llega incluso a herir profundamente la sensibilidad en pasajes e historias muy concretas. Por un lado, a nadie se le oculta que el Dios del Antiguo Testamento parece estar muy lejos —y muy por debajo— del Padre Celestial que encontramos en el Nuevo, tanto por su frecuente intrascendencia

Historias bíblicas no aptas para niños | Dionisio Byler

Uno de mis recuerdos más tempranos es estar sentado alrededor de la mesa de la cocina al atardecer, antes de que nos mandaran a la cama, oyendo a mi madre leernos historias bíblicas. No nos las leía desde la Biblia en sí, sino en versión para niños, desde un libro enorme lleno de ilustraciones, con lenguaje sencillo y redactadas para que no decayera el interés. (Bien es sabido que la Biblia en sí trae muchos capítulos aburridísimos, como las listas interminables de genealogía o de disposiciones legales.) Lo que no recuerdo —ni tampoco recuerdo ahora cómo lo hacían las adaptaciones de historias bíblicas que leí para nuestros hijos yo— es cómo se lo montaban para que el contenido «adulto» quedase descafeinado y apto para niños. La forma que Rut seduce a Booz, sorprendiéndole cuando está ebrio para después, por la mañana cuando despierta, hallarse desnudo con ella[1] y sentirse responsable de hacerse cargo de ella, encaja en el relato bíblico con el estereotipo de las mujeres

Palabras en la arena -Por Manuel Velázquez Martín

En Babilonia, según el código de Hammurabi, los adúlteros y adúlteras eran arrojados al agua con sus cuerpos entrelazados y atados con cuerdas para que así murieran ahogados.  Sin embargo, en Israel, era el apedreamiento el procedimiento previsto por la Ley para ejecutar a los culpables de este mismo delito. Dos métodos igual de crueles con esa diferencia, debido a que en Israel, al contrario que en Babilonia,  hay  poca agua y muchas piedras...  Por eso, en aquel  terreno reseco y tan lleno de pedregales de Palestina, sus habitantes aprendieron a practicar a menudo el ejercicio de "apedrear" a los culpables. En aquella ocasión, como tantas madrugadas, el Jesús picapedrero había bajado del monte donde se dejaba envolver por el amor de su Padre y el silencio de la noche.    Y estando sentado en la explanada del templo para hablar con la gente y ver si algún devoto se sacudía sus miedos ancestrales y descubría el rostro de un Dios bastante más bueno y sa

Jesús no es republicano: cristianismo no es igual a nacionalismo - Por Zachary Wagner

  Parece que la presidencia de Trump en vez de acabar como un lamento lo hará como una explosión. Habiendo llegado a un cierto tipo de clímax en un tiempo tumultuoso de la historia de la iglesia y de nuestro país, me siento obligado a decir algunas cosas de la manera más clara que sé hacerlo:   SOBRE JESÚS Jesús no es republicano.  Esto ya ha sido dicho antes. Pero ahora hay que decirlo con más fuerza y  ​​ claridad que nunca. Hay hombres y mujeres buenos y piadosos que votan a los republicanos y sirven en cargos electos como republicanos. Pero la asociación del nombre de Cristo con el Partido Republicano de Trump  se ha convertido en un flagelo de vergüenza para la Iglesia . Ha llegado el momento –en realidad, hace mucho tiempo que llegó– en el que la iglesia entera debe denunciar esta asociación en los términos más enérgicos posibles.

Violencia: la pandemia más antigua que sufren las mujeres - Por Brenda García

La pandemia del covid-19, no es la única pandemia que azota a El Salvador. El covid-19 ha evidenciado otras pandemias, no de tipo biológico, sino de tipo social, de las que no se ven o no se quieren ver , como afirmara, Víctor Hugo, en su obra, Los Miserables , «vivimos en una sociedad sombría» (Hugo, 2008). Que desvela gota a gota nuestra precaria realidad, y sale a la luz pública la violencia social, la pobreza, el desempleo, la endeble condición de los sistemas públicos de salud y justicia, el abuso psicológico, físico y sexual de niños y niñas, la violencia de género y los feminicidios. Por mencionar algunas. Esta situación encierra una gran complejidad que abarca las dimensiones, sociales, políticas religiosas y económicas . Y hay que decirlo, estas pandemias de tipo social son progresivas, degenerativas y también cobran víctimas mortales . Pero las pandemias y sus consecuencias no afectan por igual a las personas. Esta situación diferencial depende en mucho de las condiciones d

¿Cómo que adúltera, señores? No fue pecado sino linchamiento - Por Gabriel Jaraba

Se acusa a menudo a quienes pasan por ser fundamentalistas de hacer una lectura literal de los textos bíblicos. Pues a mí me parece que ese literalismo todavía se queda corto. Esto no es una salida de tono por mi parte o una provocación: se interpreta literalmente lo que a uno le conviene, y lo que no, a otra cosa, mariposa . Esa es la triste realidad de la condición humana, algo que yo suelo decir, cuando bromeo entre amigos: el peor pecado de todos es el deseo de tener razón, porque de él cuelgan todos los demás.

El problema moral del Antiguo Testamento, con Marción de fondo - Por Alfonso Ropero

Una Biblia, dos Testamentos o Alianzas, el Viejo y el Nuevo Pacto. No siempre es fácil observar la relación entre ellos. En ambos resuena la misma Palabra de Dios, pero qué duda que en ellos apreciamos una dialéctica de continuidad y discontinuidad. La Ley por medio de Moisés fue dada, pero la Gracia y la Verdad vinieron por medio de Jesucristo, nos enseña el Evangelio de Juan (1:17). No solo hay dos tiempos , el tiempo de los padres, en los que Dios habló por medio de los profetas, y el tiempo kairótico del ahora, que nos ha hablado por el Hijo (Heb 1:1); sino que también hay dos modos , el modo de ser y vivir en el viejo Israel, y el nuevo modo ser y vivir del nuevo Israel en Cristo . Habéis oído que se enseñó a los antepasados... Pero yo os digo» (Mt 5:21-48). Hay también dos realidades , por un lado, el pueblo de Dios ligado a una tierra, a un territorio concreto con un templo como centro y foco de adoración; por otro, un pueblo en camino, sin territorio propio, cosmopolita