«Desconfío de esa gente que también conoce lo que Dios quiere que ellos hagan, porque he notado que coincide con los deseos personales que tienen» Susan B. Anthony, cristiana cuáquera, sufragista, defensora de los derechos de las mujeres (1820-1906) Podría pasar, y de hecho pasa, que personas con afán de protagonismo, mentes fatuas, fracasados sin cabida en otros grupos, intolerantes que necesitan a personas dóciles que les alaben, les rían las gracias, agachen la cabeza en señal de sumisión y servilismo, se encumbren y formen comunidades seudocristianas que nada tienen que ver con el mensaje de Cristo. Son falsos dirigentes convencidos de que tanto las personas como sus posesiones les pertenecen. Hacen uso del chantaje emocional. Intentan robarles la independencia, la libertad, la confianza, la fe. Esto nada tiene que ver con el evangelio, las buenas noticias de Cristo. No piden opinión, no consultan con los miembros. No sirven, son servidos, de ahí que intente...
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