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Mostrando entradas de febrero, 2022

El declive de la religión - Por Dionisio Byler

He visto recientemente un análisis de la tendencia en lo que va de siglo, hacia el declive de la religión y la influencia de la religión en las sociedades occidentales. El análisis se centraba en la sociedad de EEUU pero se parece a lo que ya venía sucediendo en Europa desde varias décadas antes, y sospecho que en otras latitudes no irán muy a la zaga. Los factores que indicaba ese análisis no sorprenden. Entre otras cosas: 1. El auge de internet Hasta hace poco, la autoridad para responder a nuestras preguntas e inquietudes más trascendentales era el sacerdote o pastor. En el entorno evangélico, esa autoridad se basaba en la de la Biblia, autoridad inapelable por dimanar directamente de Dios. Quien no quisiera aceptar esa autoridad estaba obligado a acudir a alguna biblioteca y leer libros. Hoy día cualquier elemento de curiosidad halla respuestas infinitas —unas mucho más fiables que otras, desde luego— en internet. Es posible dar, tal vez, con algún vídeo de YouTube cuya respuesta s

¿Nuevos dogmas o nuevas herejías? (II) - Por Juan María Tellería

  Para la primera parte:   https://www.pensamientoprotestante.com/2021/09/nuevos-dogmas-o-nuevas-herejia-i-por.html Corría el año 1987. Un empleado de redacción de cierta revista denominacional de aquel entonces fue despedido sin contemplaciones por quienes la dirigían. La razón fue un artículo que había publicado acerca del Pentateuco, en el cual se mostraba partidario de la llamada Hipótesis Documentaria o Hipótesis Documental, que básicamente enseña una composición tardía de los cinco primeros libros de la Biblia a base de cuatro documentos literarios —los famosos JEPD (1)— redactados en diferentes épocas y por hagiógrafos anónimos para nosotros. Otro empleado justificó aquel despido de su compañero alegando que era inconcebible negar la autoría mosaica del Pentateuco. En su denominación era prácticamente un dogma de fe enseñar que Moisés había escrito los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, de modo que afirmar lo contrario incurría en dura sanción. Esta lamentable histo

¿Por qué Dios nos busca? - Por Ramón A. Pinto Díaz

Sin duda a lo largo de la historia una de las preguntas que más se ha repetido tiene relación con entender el vínculo existente entre Dios y el ser humano. Lamentablemente hoy nuestra sociedad se ha vuelto extremadamente práctica y utilitarista, por lo que solo tiene valor aquello que nos rodea, pero que posee algún atributo que conlleve un beneficio concreto y tangible. Todo lo restante, aquello que no retribuya un beneficio inmediato se le considera una pérdida innecesaria de tiempo y recursos. Esto nos juega muy en contra cuando deseamos aproximarnos a la idea de Dios, puesto que inconscientemente lidiamos con el temor a estar perdiendo el tiempo en algo sin méritos de corto plazo. Vemos a Dios con una mente prisionera a nuestra época, por lo que deformamos la imagen de la divinidad para que calce con nuestros paradigmas. Siempre ha sido así, tanto en el ayer, en el hoy y seguramente en el mañana. En la antigüedad reinaba el paradigma de que el prestigio del líder estaba asociado a

De niñatos enfurruñados y otras lacras derivadas - Por Juan Francisco Muela

"Hermanos, no os comportéis como niños al razonar. Tened, sí, la inocencia del niño en lo que atañe al mal; pero, en cuanto a vuestros razonamientos, sed personas hechas y derechas"  (1ª Carta a los corintios 14:20). Escribía hace unos años, el recientemente fallecido, Vicente Verdú :  “No hay que subestimar el poder de la infantilización. En todos los campos, la cultura avanza hacia una extraordinaria complacencia de la figura del niño o la adoración de la mentalidad del niño. Desde las religiones a la política, desde el arte minimalista a la literatura premiada, todo es cada vez más infantil y simplista. Tan sencillo que un niño podría entenderlo y disfrutarlo como un adulto...o al revés. La meta del capitalismo de ficción (que ya no ofrece producción de bienes sino servicios y entretenimiento), es entretenernos, divertirnos y alejar de nosotros todo pensamiento verdadero o preocupación. Así, entretenidos somos buenos clientes, ciudadanos dóciles, felices e hiperactivos com

¿Magia o fe? - Por Arturo Rojas

  El movimiento pentecostal evangélico y el carismático católico en el siglo XX en la iglesia, así como las terapias cognitivas conductuales y la programación neurolingüística en psicología, e incluso la filosofía analítica de pensadores como Ludwig Wittgenstein y la llamada Ontología del lenguaje de Rafael Echeverria, vienen de un modo u otro llamando nuestra atención al potencial que las palabras pueden llegar a tener en el propósito de transformar o modificar nuestra conducta y circunstancias, de manera favorable o desfavorable indistintamente. En la iglesia el principal argumento para sostener este potencial ha sido la afirmación de que la imagen y semejanza divinas plasmadas en el hombre le confieren a las palabras del ser humano un poder similar al que posee la palabra de Dios. Pero ante un planteamiento tan ambicioso como éste, debemos preguntarnos con seriedad si no estamos asignando a las palabras un poder excesivo que en realidad no tienen, traspasando los linderos de la fe s

El monstruo político neopentecostal - Por Luis Aránguiz

  Un monstruo recorre Latinoamérica. Y no es ni el Leviatán de Hobbes, ni el fantasma del comunismo de Marx. Se trata de una entidad bastante menos espeluznante, pero lo suficientemente incomprendida como para ser el objeto de preocupación de la autocomplacencia liberal-progresista. Me refiero al monstruo neopentecostal. ¿Qué es un neopentecostal? Un neopentecostal es una persona que adhiere al movimiento religioso que llamamos  “neopentecostalismo” , término acuñado por investigadores para caracterizar a un segmento de creyentes que se agrupa bajo un tipo de iglesia evangélica con una liturgia modernizada en que se usa batería, guitarra eléctrica; un marcado interés por utilizar los medios de comunicación; con una “teología de la prosperidad” que consiste básicamente en decirle a las personas que mientras más dinero ofrenden, Dios más los prosperará; una teología de la “guerra espiritual”, según la cual la realidad humana es concebida como un espacio en el que interactúan entidades es