El que más y el que menos, pronto en su lectura de la Biblia se topó con pasajes “duros”, hard , como dicen los ingleses, difíciles de entender, a veces casi contradictorios. Esta ha sido y es una experiencia inquietante de los cristianos de todas las latitudes y convicciones y de todos los tiempos. Si a alguien no le ha ocurrido, el tal es un bendito de Dios. Por Orígenes sabemos que en su día muchos perdían la fe en los evangelios, como si no fuesen verdaderos ni escritos inspirados debido a las discrepancias que encontraban entre el Evangelio de Juan y los Sinópticos [1] . Justino en su diálogo con el judío Trifón nos cuenta que este pretendía ponerle en un aprieto al propósito de las contradicciones de la Biblia, a las que Justino solo podía responder: Jamás me atreveré a pensar, ni a decir que las Escrituras presentan contradicciones entre sí; y si alguna Escritura me pareciera tal, más bien confesaré que no entiendo su significado y trataré de convencer a todos aquel...