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Fanatismo. El virus de las crisis - Por Ramón A. Pinto



Existe una clase de virus que son llamados oportunistas. Se activan o atacan el organismo cuando este está dedicando gran parte de las defensas en atacar otra enfermedad, por lo que queda un flanco débil o descubierto por donde pueden entrar y dejar grandes estragos, incluso la muerte. En este sentido, desde el punto de vista antropológico y sociológico, el fanatismo es un virus oportunista que generalmente penetra en medio de las crisis. En muchas ocasiones él mismo provoca las crisis, y en otras es el parásito que se alimenta de los estragos que las crisis dejan. Por otra parte, el fanatismo es completamente irracional, ya que niega la realidad objetiva. Por lo que se vuelve un fácil y susceptible esclavo de las emociones. Y dado que las emociones pueden ser tan erráticas, nada bueno podemos esperar de quien se deja controlar por ellas.

A su vez, se caracteriza por su naturaleza flagelante, destruye al portador de esta patología, reduciendo cada vez más su libertad de acción, haciéndolo prisionero de sus fantasmas mentales. También es sádico, ya que encuentra contentamiento en el temor, inseguridad y angustia que provoca en los demás; a mayor sufrimiento más éxtasis siente por su causa, por lo que entra en un ciclo vicioso de inducir mayor dolor para darle más sacralidad a su lucha.

También posee fuertes tintes de mesianismo ya que cree que nadie más actuará contra lo que solo su narcotizada mente puede "ver". Siente el llamado, la convocación y la seducción de aquel espejismo que le controla e influencia sintiendo el mandato para avasallar todo a su paso a fin de que su ideario se haga realidad. Por ello el fanatismo es como un sediento en el desierto, quien desesperado por agua crea sus propias esperanzas (espejismos) basado en ilusiones que no están más allá de sus propia mente. Se imagina una realidad que no existe, pero como la anhela, la inventa, la valida y pelea por ella.


El fanatismo en sus variantes más extremas (religiosa, étnica y económica) hace que los espejismos sean el reflejo de los más siniestros deseos que el ser humano puede habitar en su inconsciente, liberando toda su capacidad creativa para provocar terror e inseguridad.

”Hay hombres perversos entre mi pueblo
que están al acecho de víctimas, como un cazador oculto en su escondite.
Continuamente ponen trampas
para atrapar a la gente.
Como una jaula llena de pájaros
sus casas están llenas de planes siniestros.
Ahora son poderosos y ricos.
Están gordos y con aspecto saludable,
y sus obras de maldad no tienen límite.
Rehúsan dar justicia al huérfano
y le niegan los derechos al pobre".  Jeremías 5:26-28

El fanatismo danza entre la euforia y el odio, del miedo a la desconfianza, de la posesión a la enajenación. Nada bueno tiene, sin embargo le damos tribuna expeditamente.

Cuidémonos mutuamente del fanatismo, y más aún en la crisis que nos encontramos. No demos lugar a ningún tipo de expresión que se traduzca en miedo, ansiedad, inseguridad y desesperanza. Si compartimos una Esperanza, un mensaje de Amor y un futuro prometedor no podemos estar sembrando tristeza, agobio y desesperanza. Y mucho menos utilizando la Biblia como argumento. 
"Le pido a Dios, fuente de esperanza, que los llene completamente de alegría y paz, porque confían en él. Entonces rebosarán de una esperanza segura mediante el poder del Espíritu Santo". Romanos 15:13

Seamos sabios, ¡pero sobre todo benignos! Cuidemos al prójimo, cuidemos su corazón, cuidémonos mutuamente, ¡te lo imploro! 

Yo elijo el camino de Amar, Respetar y Cuidar, es el único que tiene a la Esperanza como pavimento. Te invito a caminar por esta misma senda...

"Y su nombre será la esperanza de todo el mundo". Mateo 12:21


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