La Tregua de Navidad
Un momento de paz y anuncio de la esperanza cristiana
En tiempos de Navidad una de las tradiciones más comunes entre cristianos y no cristianos el escuchar, y eventualmente, cantar algún villancico. Mucha de la música y letras contenidas en ellos alegran e inspiran para calmar el ajetreo de la agenda navideña que suele estar sobrecargada de compromisos y deberes. Sin embargo, hace poco más de un siglo los acordes de Noche de Paz y Adeste Fideles fueron entonados en un escenario muy diferente e improbable, trayendo consigo un efecto extraordinario.
La fecha fue un 24 de diciembre de 1914, a pocos meses de haberse iniciado la Gran Guerra (que posteriormente se conocería como Primera Guerra Mundial), el escenario fueron las trincheras de parte del frente occidental y los protagonistas fueron soldados británicos y alemanes, y todo comenzó con un villancico: Noche de Paz. Al respecto, un músico y bloguero nos resume el comienzo de este evento extraordinario: “Por un lado, el internacional villancico Noche de paz, que comenzó como una mano tendida, acabó como un abrazo sonoro. Aun cantando en idiomas diferentes, británicos y alemanes estaban siendo, de repente, capaces de compartir algo que no fuesen balas: una misma melodía”i.
El evento es la Tregua de Navidad de 1914, y en general la Primera Guerra Mundial, han sido una fuente de inspiración para múltiples creaciones artísticas. Un clásico de éstas fue la novela escrita por el alemán Erich Maria Remarque, basada en parte en su propia experiencia como soldado del ejército de su país, al que se había unido en 1917 cuando tenía 18 años de edadii, la misma que ha sido llevada al cine e inspiró al músico Elton John, para componer en 1983 la canción “All quiet on the western front”, relatando las amargas condiciones de vida y el desconcierto de un joven soldado al experimentar las terribles condiciones de vida en las trincheras.
Más allá de la ficción, están disponibles muchos testimonios de soldados, uno de ellos fue un joven identificado como Harold, que en una carta relata su experiencia:
“No puedo decir que me esté divirtiendo aquí. Hace un calor terrible y millones de moscas nos comen. La vida en las trincheras no es un picnic. Cuando se supone que estamos descansando, tenemos que ir a grupos de trabajo, excavar, etc., y donde sea que estemos, siempre estamos bajo fuego de artillería. El último proyectil que cayó en el campamento, mató a cuatro compañeros y dejó diecisiete heridos. Hemos estado bajo fuego enemigo durante tres meses y nos gustaría descansar, la tensión es tremenda. Vivimos en una trinchera y rezamos para que no llueva, de lo contrario seríamos arrastrados. La lucha últimamente ha sido terrible. La vista desde las trincheras es horrible. Usamos nuestros respiradores por el horrible olor de los muertos. Nunca me quitaré esto de los ojos, será una pesadilla eterna. Si regreso a casa, podré contártelo todo, ahora mismo no me salen las palabras para describir las cosas. Cómo me gustaría unas vacaciones, estoy tan cansado. Daría cualquier cosa por alejarme de este golpe continuo. Harold” (8 de junio de 1915, Dardanelos. Batallón Drakes)iii.
En estricto rigor, según la RAE una trinchera es: “Zanja defensiva que permite disparar a cubierto del enemigo”iv, pero desde el punto de vista estratégico militar y geopolítico, fueron una exitosa estrategia para detener el avance de las tropas alemanas que aplicandonel plan Schlieffen habían logrado capturar gran cantidad de terrenos en el escenario europeo de la guerra, dando paso así a la etapa más extensa y cruenta de la Primera Guerra Mundial conocida como “guerra de trincheras”. De acuerdo a J. M. Sadurní Especialista en actualidad histórica:
“El Frente Occidental sería tristemente célebre por haberse convertido en un gigantesco campo de batalla en el que murieron millones de hombres que se enfrentaron entre ellos desde las largas e insalubres trincheras construidas con sacos de arena. En esos frágiles refugios los soldados sobrevivían como podían sin las más mínimas condiciones de higiene”v.
A través del transcurso de la guerra, quedó en evidencia que el costo humano de la guerra de trincheras fue muy grande, de acuerdo a lo relatado por la Enciclopedia Británica, a comienzos de ésta, en diciembre de 1914 el panorama ya era desolador:
“En diciembre de 1914, la realidad de la guerra de trincheras se había asentado y semanas de intensas lluvias habían convertido tanto las trincheras como la tierra de nadie que las separaba en un pantano frío y fangoso. Para quienes estaban en el frente occidental, la vida cotidiana era miserable, pero era una miseria compartida por enemigos que, en algunos lugares, estaban separados por 50 yardas (46 metros) o menos”vi.
Los momentos previos a la tregua
El primer invierno de la guerra en las trincheras fue terrible, mucho frío, viento, lluvia, lodo y muerte, un especialista describe el desolador panorama: “Para los combatientes, la vida en las trincheras era agotadora física y mentalmente, además de aburrida. Asimismo se enfrentaban en todo momento al temor de morir en cuanto se daba la orden de atacar. De hecho, los soldados compartían su día a día con la muerte puesto que se veían obligados a contemplar cómo los cadáveres de sus amigos (y también de sus enemigos) se descomponían frente a las trincheras y las alimañas daban buena cuenta de ellos. El sueño y el cansancio también contribuían a la desmoralización general. Víctimas de la depresión, el agotamiento y sin apenas ánimos para vivir y seguir luchando, muchos de ellos sufrían graves desórdenes mentales, algo que se agravó durante los últimos años del conflicto”vii.
Llegada la temporada navideña el panorama era sombrío. Aunque, antes de la Tregua de Navidad hubo momentos en que se pausaban las hostilidades con el propósito de recuperar los cuerpos de los caídos o intercambiar información. Además, se sabe que aquel mismo diciembre los alemanes hicieron llegar a los ingleses una tarta acompañada de una nota que les invitaba a parar el combate por el cumpleaños de un capitán, los ingleses aceptaron la propuesta y así fue como en la noche los alemanes cantaron durante una breve tregua sin contratiemposviii.
El ambiente se preparó aún más cuando, en una decisión inédita el Kaiser de Alemania Guillermo II, ordenó que la Nochebuena de 1914 sus soldados disfrutaran de un pequeño descanso, por lo cual dispuso que se enviaran abetos decorados y raciones extra de pan, salchichas y licoresix. Por su parte, los británicos también organizaron sus celebraciones navideñas, como lo corrobora testimonio de Colin Wilson, de la Guardia de Granaderos, pasó parte de esa primera Navidad en la guerra cenando con el futuro rey Eduardo VIII:
“Nosotros, como Granaderos, fuimos relevados, creo que fue el Boxing Day en el que fuimos relevados. Y se fue a la retaguardia, a doscientos o trescientos metros detrás de la línea, supongo, o la llamada línea. Y allí tuvimos nuestra cena de Navidad, acompañados por el Príncipe de Gales que entonces servía en mi regimiento”x.
Sin embargo, fue la iniciativa del Kaiser la que preparó definitivamente el escenario para lo que vendría después, puesto que las tropas alemanas decoraron sus trincheras con los abetos que habían recibido, preparon una comida especial y continuaron su celebración cantando villancicos. En particular “Stille Nacht" (Noche de paz). Esta llamó la atención de las tropas británicas, quienes desde sus trincheras respondieron cantando villancicos en inglés. Un testigo, y protagonista, de los hechos fue el soldado británico Marmaduke Walkinton, que describió cómo comenzó la tregua:
“Estábamos en el frente de batalla, a unos 270 metros de los alemanes y en la Nochebuena habíamos estado cantando villancicos y los alemanes también. Nos estuvimos gritando cosas, algunas eran insultos, pero la mayoría de las veces eran bromas.
Y un alemán dijo: Mañana no disparen, nosotros no dispararemos”xi.
En ese mismo sentido, el historiador lan Wakefield, director de la sección del museo británico dedicada a la Primera Guerra Mundial y a los inicios del siglo XX, cuenta que: “En Nochebuena, los alemanes empezaron a celebrar la Navidad. Los británicos vieron luces (de velas) y pequeños árboles arriba de las trincheras de los alemanes y pensaron que quizás les estaban preparando una trampa”xii.
Así fue como se acordó un cese temporal al fuego, de manera espontánea y no oficial, en la actualidad se sabe que también involucró a algunos soldados franceses y belgas, pero que fue protagonizado por británicos y alemanes que estaban situados en los Campos Flandes (Bélgica), en medio del frío y la neblina, remanentes de los lluviosos días anteriores.
La inédita celebración entre trincheras
La temperatura del invierno no daba tregua y se sentía intensamente en las trincheras de todos los bandos desplegados, sin embargo en los corazones de los soldados gracias a los improvisados coros que cantaron Christmas Carols o villancicos se fue formando un ambiente amistoso y fraterno, mucho más allá de la trinchera propia. Así llegó la mañana del 25 de diciembre de 1914, y los soldados alemanes comenzaron a salir de sus trincheras y se arriesgaron a cruzar la llamada “tierra de nadie” hacia las trincheras de los soldados británicos.
Esto provocó sorpresa y confusión, pero el gesto se volvió recíproco, los soldados ingleses también fueron al encuentro, comenzó así un inédito intercambio de regalos tales como chocolates, carne enlatada, pasteles, whisky de parte de los ingleses a los alemanes, quienes ofrecieron cigarrillos, salchichas, galletas y brandy, entre otras cosas como botones de sus uniformes y periódicos e incluso compartieron regalos que les habían enviado sus familias. Uno especial fueron las “latas de navidad” que la princesa Maria del Reino Unido había en 1914 a los soldados en el frente, ellas contenían un paquete de cigarrillos, una tarjeta de Navidad y una foto de la princesa”xiii.
El ambiente fue tan fraterno que hasta hubo espacio para un partido de fútbol, tal como lo relató el soldadoErnie William, que formó parte de un regimiento británico contó que:
“Compartimos cigarrillos, golosinas, con los alemanes y de algún lugar, de alguna manera, el fútbol apareció. No fue que formáramos un equipo, de ninguna manera se trató de un partido entre equipos. Todos estábamos jugando. El balón vino de su lado, no del nuestro”xiv.
Sobre aquellos extraordinarios eventos, encontramos un reporte registrado por Sd. Gleichen, Brigadier General contenido en un diario de guerra, Comandante de la 15 Brigada de Infantería en una misiva dirigida al Cuartel General de la División, confirmando los acontecimientos de Nochebuena y Navidad de 1914, que entrega el siguiente relato:
“Me permito informar que ayer tuvo lugar una reunión informal entre las líneas de trincheras nuestras y los alemanes, a la que asistieron unos 200 de nuestros hombres, y un número aún mayor de alemanes.
Parece que en Nochebuena hubo muchos gritos y bromas entre nuestras trincheras de derecha (Norfolks) y los alemanes sobre la granja LA PETITE DOUVE, invitándose cada uno al otro a venir. Aunque hubo algunos disparos por nuestra parte durante toda la mañana de ayer y hasta las 14.00 horas. (Día de Navidad) no hubo respuesta de disparos de fusiles del enemigo en nuestro frente (sólo unos pocos proyectiles temprano en la mañana a cierta distancia del Norte). Alrededor de las 2 p.m. un oficial alemán o suboficial. El suboficial apareció y caminó hacia nuestras trincheras sosteniendo una caja de cigarros.
No le dispararon y uno o dos de nuestros hombres fueron a su encuentro. Otros, alemanes e ingleses, intervinieron y pronto hubo un gran número de personas en el espacio entre las trincheras, más cercanas a las alemanas que a las nuestras, hablando, confraternizando y aceptando los cigarros y cigarrillos de cada uno, etc. La mayoría de los Norfolk y algunos de los Cheshire (a su izquierda) desde las trincheras de bomberos participaron en esta reunión informal, entre los que se encontraban varios agentes.
Este último informó que los alemanes se negaron a hablar de “trabajo”, pero fueron muy amigables y no parecían tener malas intenciones de ningún tipo. Dijeron que la guerra terminaría y nosotros estaríamos derrotados en dos meses y dijeron que aún no habían comenzado en serio, aunque hasta el momento teníamos lo mejor de ellos. También mostraron un memorando oficial que decía que los rusos habían sido aplastados y huían a Varsovia y que los austriacos habían ocupado Belgrado”xv.
Respecto al origen espontáneo de la Tregua de Navidad, de acuerdo Stanley Weintraub, historiador y escritor del libro “Silent Night”: “La tregua surgió entre la tropa, pese a los edictos de “anticonfraternización”, con promesas de “Tú no disparar, nosotros no disparar”, algunos de los hasta entonces enemigos se deleitaron mutuamente cantando villancicos que sustituirían al silbido de las balas. Otros salieron de las trincheras para estrecharse la mano y fumarse un pitillo juntos. Muchos acordaron que la tregua seguiría en vigor el día de Navidad, para poder verse de nuevo y enterrar a los muertos. Cada bando ayudó al contrario a cavar tumbas y celebrar ceremonias en memoria de los caídos, incluso en una de ellas un capellán escocés hizo una lectura bilingüe de un salmo. Los soldados intercambiaron comida y regalos que les habían enviado desde sus casas, y botones del uniforme para guardarlos de recuerdo, y jugaron a fútbol”xvi.
En todo el extraordinario curso de los hechos, el idioma jamás fue un obstáculo, puesto que como lo precisa un experto, ambos bandos antes de la guerra tuvieron una relación fluida: “De hecho, varios soldados alemanes hablaban inglés muy bien porque antes de la guerra habían vivido en Reino Unido. Hay testimonios en los que soldados británicos decían que algunos alemanes les contaban que habían sido barberos, mesoneros, trabajadores de hoteles, en Londres. Uno incluso dijo que esperaba volver pronto”xvii.
¿Qué sucedió después?
Sobre su experiencia en la Tregua de Navidad, un solado alemán señaló que esto fue: “maravilloso y extraño al mismo tiempo”xviii. Claramente, en aquellos Campos Flandes, la tregua espontánea devolvió durante unas horas el ánimo y fraternidad a los combatientes.
Ahora bien, la Tregua de Navidad no terminó de repente. Según el historiador Ian Wakefield, llegó a su fin en diferentes momentos en las distintas áreas que participaron, y explica el ambiente posterior a la tregua y la actitud de los mandos superiores: “Los oficiales superiores de ambos lados tenían reacciones mixtas hacia lo que estaba ocurriendo. Algunos de ellos pensaron que si permitían que continuara el espíritu de lucha de los ejércitos desaparecería. Los soldados verían que el enemigo no es realmente el enemigo y eso haría que la guerra se detuviera. Pero otros altos mandos creían que la tregua era muy útil porque permitía reconstruir las trincheras y enterrar a los muertos. Enbalgunas áreas de la tierra de nadie había muchos cadáveres”xix.
Sin embargo, esta tregua no les sentó bien a todos, pues de acuerdo al testimonio de Frank Richards en su autobiografía titulada “Old soldiers never die”, que junto con sus compañeros fueron enviados a una zona de reposo junto a la población francesa de Armnentieres:
“Al atravesar la población los habitantes de la villa se asomaron a las ventanas, a los quicios de las puertas o al borde del camino para escupirles. Richards nos relata como fueron insultados, maldecidos por ancianos, mujeres y niños de la población: “Tu non bon, soldado inglés, tu bon kamerade de los alemanes”, y volcaban todo su odio y resentimiento sobre Richards y sus camaradas. Por su parte los ingleses se quedaron sin resuello de tantos juramentos, dicterios y maldiciones que con liberalidad soltaron a la población local que tan mal les había sentado la pequeña tregua del día de Navidad”xx.
Otra opinión desfavorable respecto a estas treguas y sus posibles efectos negativos, provino de soldado alemán de la Primera Guerra Mundial, que señaló que: “Esto no debería ocurrir en tiempos de guerra", habría dicho. "¿No tienes ningún sentido del honor alemán?”xxi. De aquel soldado que desaprobó las treguas sabemos que no estaba en las posiciones más avanzadas de las trincheras y que su nombre fue Adolf Hitler.
Respecto a cómo fue informada esta tregua, Anthony Richards autor del libro “Wartime Christmas”, explicó la cobertura de los medios de comunicación ante este hecho: “Los medios de la época amaron (la historia). Hubo mucha discusión en los periódicos sobre si eso había sido algo bueno o malo. De cierta manera fue como una maravillosa foto instantánea de la Navidad de 1914 cuando las actitudes eran un poco ingenuas porque la guerra acababa de comenzar”.
La que ahora conocemos Tregua de Navidad no fue la única tregua durante la Primera Guerra Mundial. Esto debido a que la guerra de trincheras se regía a veces por un sistema acordado de “vive y deja vivir”, es decir un comportamiento de no agresión y cooperación que surgía de forma espontánea. Sin embargo, este equilibrio momentáneo, cuando ocurría, era frágil y era probable que un tiro echara a perder el acuerdo tácito de no dispararxxii.
Sin embargo, Anthony Richards destaca el carácter extraordinario de esta tregua en particular, señalando que: “Nunca ha sucedido algo como la Tregua de Navidad y con el tiempo no solo se ha visto como una anormalidad, pero también como un mito, al punto de que hay gente que, de hecho, duda que haya pasado, incluso hasta el día de hoy”xxiii.
El historiador Ian Wakefield aporta un aspecto sobre la vida de los combates en la Primera Guerra Mundial, que daría luces respecto a la transcendencia de laTregua de Navidad para sus protagonistas, señalando que:
“Fue realmente una oportunidad para tratar de olvidar la guerra por una tarde. Es importante recordar que en el combate de trincheras, tienes que tener tu cabeza abajo, por lo que difícilmente logras ver a tu enemigo. Muchos soldados combatían a un rival que no podían ver. Esta tregua fue, de hecho, una oportunidad para ver a su enemigo cara a cara, para descubrir con quién realmente se estaban enfrentando"xxiv.
Retomando la pregunta respecto a cómo terminó la Tregua de Navidad, el mismo experto Anthony Richards explica que la guerra sí se reanudó, pero en algunas partes con bastante lentitud, pues “Habían hecho amigos en la Navidad y no querían dispararles”xxv.
Sin embargo, durante el 26 de diciembre el ruido de la guerra volvió a ser el protagonista. Asimismo, los mandos superiores de todos los bandos involucrados se aseguraron que otros ceses de hostilidades similares no volvieran a ocurrir, siguiendo así el desarrollo de una guerra que cambió la manera de combatir.
¿Por qué no hubo otra tregua en Navidad?
El episodio conocido como Tregua de Navidad o Christmas Truce en inglés, es un episodio relativamente desconocido, especialmente en Latinoamérica puesto que fue un testigo lejano de los hechos, no lo es para los europeos que tuvieron que soportar dos guerras muy cruentas. Esto explicaría su presencia en la producción artística y en conmemoraciones como la de 1999, cuando se colocó una cruz en memoria de esta Tregua de Navidad en Ypres (Bélgica)xxvi o en cuando la UEFA situó una escultura conmemorativa con forma de balón, en alusión al encuentro futbolístico improvisado, en uno de los lugares donde se vivió la Tregua de Navidad.
Y, aunque la Tregua de Navidad de 1914 fue un gran alivio, lamentablemente la guerra se extendió por tres años más (hasta que el Gobierno alemán se rindió el 11 de noviembre de 1918 con la firma del armisticio de Compiègne), aquellos largos años incluyeron sus navidades. Dichas navidades no fueron consideradas de la misma manera como la primera de ellas.
En ese sentido, las palabras de George Wray, de la División Naval Real, expresan aquella situación pues de acuerdo a su testimonio pensó que iba a poder celebrar la Navidad de 1917, pero fue llamado rápidamente de regreso a los combates en Francia regresando así al horror de la guerra:
“Nos relevaron en Nochebuena y tuvimos que regresar a un pueblo llamado Metz, estaba a unos 5 km de nuestras líneas, ¿sabes? Así que volvimos. Era la mañana de Navidad y, al regresar, esperábamos que estaríamos allí por un tiempo y podríamos, lo cual hicimos, desayunar y tener nuestros paquetes de casa y cartas para leer y todo eso. Y alrededor de las 11 o 12, llegó la noticia de que los alemanes habían roto la línea que habíamos dejado.
Habían atravesado la línea y habían hecho prisioneros a algunos de los hombres. Así que, por supuesto, tuvimos que dejarlo todo, hacer las maletas y volver. Es triste decirlo, perdimos bastantes hombres...”xxvii.
Aquel panorama de calmadas, pero tristes navidades fue registrado también por la conductora de ambulancia Alice Remington, quien recordó claramente como fue ese momento de calma navideña durante su estancia en el frente occidental.
“Una Navidad en particular, que era una noche realmente hermosa iluminada por las estrellas, era Nochebuena y llegó un convoy muy grande, pero no estaban gravemente heridos. Todos estaban muy alegres ante la idea de meterse en una cama y pasar la Navidad en la cama. Empezamos a cantar; Creo que fue “Hark the Herald Angels” o algo así. De todos modos, todos cantaron y era una noche muy tranquila y silenciosa y se podía escucharlos subir y bajar por esta colina, estos niños cantando con todo su corazón villancicos. Fue realmente algo encantador, la luna brillando y las estrellas brillando y estos niños cantando villancicos mientras subían al hospital. Estaban muy agradecidos; sabían que se bañarían y se limpiarían. Fue maravilloso, siempre recordaré esa noche”xxviii.
Aunque como hemos puntualizado esta tregua no fue generalizada de tal manera que en otros frentes, los enfrentamientos nunca se suspendieronxxix. Por otra parte, la crudeza de los años siguientes de la Primera Guerra Mundial, probablemente expliquen por qué la Tregua de Navidad haya pasado a la historia con aire de milagro navideño.
Otro aspecto importante, es el hecho de que gracias a los para ese entonces recientes inventos, se logró registrar en fotografías e ilustraciones muchas de las escenas de confraternidad entre las tropas y fueron la fuente de producciones como Joyeux Nöel (2005), de Christian Carion.
Queda aún sin responder la pregunta respecto a por qué no se volvió a replicar una tregua como la ocurrida en la Navidad de 1914, al respecto el historiador Ian Wakefield resume los factores que podrían explicar el que no se hayan vivido nuevas treguas de la misma magnitud y significado:
“A medida que la guerra avanzaba, se impuso un método más centralizado de comando. Los que estaban en el frente eran forzados a atacar constantemente, con artillería y morteros de trincheras. El conflicto tomó un giro más cruel, con la introducción de gases y el aumento de las víctimas civiles… la brutalidad de la guerra pudo influir en que menos soldados realmente quisieran conocer al enemigo”xxx.
Respecto al contraste entre la Tregua de Navidad y el curso posterior de la Gran Guerra, lo aporta el testimonio del dibujante británico Bruce Bairnsfather, ametrallador del 1er Batallón del Regimiento Real de Warwickshire, que resulta relevante pues señaló que:
“Para los que participaron, sin duda fue un bienvenido descanso del infierno que habían estado soportando. Cuando la guerra había comenzado apenas seis meses antes, la mayoría de los soldados pensaban que acabaría pronto y estarían en casa con sus familias a tiempo para las vacaciones. La guerra no sólo se alargaría cuatro años más, sino que resultaría ser el conflicto más sangriento jamás vivido hasta entonces”xxxi.
Una razón más profunda para explicar por qué la Navidad dejó de ser una fecha relevante para quienes sufrieron los rigores de la guerra, puede tener relación con los efectos devastadores que trajo la guerra en la espiritualidad de los europeos de su época, como lo puntualizó Robert Barron: “Como lo atestiguan tantos pensadores y escritores que participaron en ella —Paul Tillich, J.R.R. Tolkien, Ludwig Wittgenstein, Ernest Hemingway, etc.— la Primera Guerra Mundial representó, como ninguna otra guerra hasta esa fecha, un colapso, un cambio radical, una calamidad cultural”xxxii.
Aquel quiebre en el espíritu y la fe de muchos, se pueden ver reflejadas en las palabras, reflexiones y deseos que Helen Fairchild, una enfermera voluntaria estadounidense, quien cuando le escribió a su madre un esbozo de sus planes para cuando acabara la guerra, o al menos su servicio en ella:
“Creo que caminaré cerca de los acantilados para ver la puesta de sol. Los atardeceres aquí son hermosos. Solo podemos ponernos nuestros uniformes de color azul oscuro. Tan pronto como llegue a casa me voy a poner vestidos de todos los colores del arcoíris y nunca más uno de color azul. Me alegraré de veros a todos cuando termine esta guerra, lo mismo que me alegra estar aquí para ayudar a cuidar de estos pobres hombres. No tienen a nadie más que a nosotras, las enfermeras estadounidenses. Lo que la Cruz Roja está haciendo aquí significa mucho para nosotros. Sería horrible vivir sin las cosas que nos envían”xxxiii. Lamentablemente, luego de trabajar de manera intensa y por largos meses no logró sobrevivir a las terribles condiciones de vida, y falleció.
Por ello, la Primera Guerra Mundial y la Tregua de Navidad también tienen una lectura más profunda respecto a la presencia (y crisis) de las creencias cristianas aún en medio de los horrores de la guerra, como lo resumen las palabras de Robert Barron:
“Con demasiada frecuencia se pasa por alto a mi juicio, es de naturaleza espiritual. Casi todos los combatientes de la Primera Guerra Mundial eran cristianos. Durante cinco terribles años, una orgía de violencia estalló entre bautizados: cristianos ingleses, franceses, canadienses, estadounidenses, rusos y belgas, que asesinaron a cristianos alemanes, austriacos, húngaros y búlgaros. Y esta carnicería tuvo lugar a una escala que todavía nos deja perplejos. Los cincuenta y ocho mil estadounidenses muertos durante todo el transcurso de la guerra de Vietnam son casi un “fin de semana de trabajo”, comparado a los peores días de la Primera Guerra Mundial”xxxiv.
Considerar esto ayuda a entender los motivos profundos de la pérdida de motivación e impulso por celebrar la Navidad, que fueron devorados por el tremendo quebranto y dolor de quienes vivieron los horrores de la guerra, incluidas las tremendas miserias vividas en las trincheras.
Sin embargo, los deseos de paz y fraternidad contenidos en las palabras de los villancicos que entonaron los soldados en esas frías trincheras, y que se hicieron realidad por unas horas siguen elevándose cada Navidad como una oración y anhelo por el regreso del Príncipe de Paz quien traerá una completa restauración dando cumplimiento a la profecía de Isaías 2:4: “Dios mismo juzgará entre las naciones y administrará justicia a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en arados y en hoces sus lanzas. Ya no levantará su espada nación contra nación y nunca más se adiestrarán para la guerra”.
Referencias y fuentes de información
i El Musiblog, “La Tregua de Navidad de 1914, o cómo la música y el deporte pueden estar por encima de la violencia y de la guerra”, publicado 19/12/2014, consultado diciembre de 2024.
ii Laura Piñero, cadena SER, “Las cartas de soldados de la Primera Guerra Mundial que inspiraron al protagonista de 'Sin Novedad en el Frente'”, 17/03/2023, consultado diciembre de 2024.
iii Laura Piñero, cadena SER, “Las cartas de soldados de la Primera Guerra Mundial que inspiraron al protagonista de 'Sin Novedad en el Frente'”, 17/03/2023, consultado diciembre de 2024.
iv Real Academia Española, “Diccionario de la Lengua Española”, consultado diciembre de 2024.
v J. M. Sadurní, “La Guerra de trincheras durante la Primera Guerra Mundial”, Actualizado a 13 de marzo de 2023, consultado diciembre de 2024.
vi Michael Ray, “Christmas Truce. World War I”, last update nov. 8, 2024, consultado diciembre de 2024.
vii J. M. Sadurní, “La Guerra de trincheras durante la Primera Guerra Mundial”, Actualizado a 13 de marzo de 2023, consultado diciembre de 2024.
viii Carlota García, “¿Qué fue la Tregua de Navidad?”, 20 de diciembre 2022, consultado diciembre de 2024.
ix Sarah Romero, “La tregua de Navidad, un instante de paz en la Primera Guerra Mundial”, 13.12.2023, consultado diciembre de 2024.
x Imperial War Museums, “Voices of the First World War: Christmas At War”, consultado diciembre de 2024.
xi Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xii Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua porbNavidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xiii Javier Flores, “La tregua de navidad de la Primera Guerra Mundial”, 21 de diciembre de 2023, consultado diciembre de 2024.
xiv Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xv The National Archives, “Western Front Christmas Truce 1914”, consultado diciembre de 2024.
xvi Javier Flores, “La tregua de navidad de la Primera Guerra Mundial”, 21 de diciembre de 2023, consultado diciembre de 2024.
xvii Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xviii Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xix Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xx Fernando Prado, “Las consecuencias de la tregua de Navidad de 1914 según el soldado Richards”, 24/12/2023, consultado diciembre de 2024.
xxi Michael Ray, “Christmas Truce. World War I”, last update nov. 8, 2024, consultado diciembre de 2024.
xxii Carlota García, “¿Qué fue la Tregua de Navidad?”, 20 de diciembre 2022, consultado diciembre de 2024.
xxiii Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xxiv Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xxv Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xxvi Blog Enclave Musical, “La tregua de Navidad”, 12 de diciembre de 2020, consultado diciembre de 2024.
xxvii Imperial War Museums, “Voices of the First World War: Christmas At War”, consultado diciembre de 2024.
xxviii Imperial War Museums, “Voices of the First World War: Christmas At War”, consultado diciembre de 2024.
xxix Carlota García, “¿Qué fue la Tregua de Navidad?”, 20 de diciembre 2022, consultado diciembre de 2024.
xxx Margarita Rodríguez – BBC Mundo, “"Mañana no disparen, nosotros no dispararemos": la tregua por Navidad entre soldados de la Primera Guerra Mundial que se "firmó" con regalos y fútbol”, 24 de diciembre de 2022, consultado diciembre de 2024.
xxxi Jon Miltimore, “La historia de la tregua de Navidad de 1914 y su mensaje eterno”, jueves, diciembre 29, 2022, consultado diciembre de 2024.
xxxii Bishop Robert Barron, ““1917” y recordando quiénes somos”, January 14, 2020, consultado diciembre de 2024.
xxxiii Laura Piñero, cadena SER, “Las cartas de soldados de la Primera Guerra Mundial que inspiraron al protagonista de 'Sin Novedad en el Frente'”, 17/03/2023, consultado diciembre de 2024.
xxxiv Bishop
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