Recientemente ha sido publicado por la editorial Clie este libro titulado La vida, la muerte y el más allá a través de las Biblia de Alfonso Pérez Ranchal. Para que el lector se haga una idea de su contenido pondremos en primer lugar lo que en la contraportada se dice al respecto para continuar con el índice y finalizar con el prólogo a cargo del doctor Alfonso Ropero.
En la contraportada se nos apunta:
A menudo se alude al concepto de revelación progresiva indicando con ello que Dios iba dando a conocer su voluntad y propósitos conforme el tiempo avanzaba. En esta progresión, el pueblo israelita pasó por momentos de gran importancia histórica marcados por actuaciones y mensajes divinos. En ocasiones, todo ello significaba nuevas formas de comprender a Dios, en otras, los protagonistas o destinarios debían hacer toda una nueva reflexión de la historia y de sus propias vidas ante lo que ahora conocían del Creador.
Lamentablemente esta relación progresiva es frecuentemente dejada de lado a la hora de realizar estudios bíblicos o en la propia lectura devocional... pero esto puede significar una gran pérdida en el entendimiento del texto bíblico, y en otros momentos una "sobreinformación" ya que se trae un conocimiento posterior y, por tanto, desconocido en esa época, y desde ahí se explica el pasaje escritural.
El autor del presente libro afirma que el concepto de la vida, la muerte y el más allá que se va desplegando en las Escrituras es esencial en cada momento para comprender mucho de lo que allí se expone. "Por tanto -nos sigue diciendo el autor- es absolutamente necesario conocer el progreso de las ideas sobre la otra vida para que sirvan de clave para discernir muchos textos del Antiguo Testamento y, cómo no, del Nuevo. Es más, me atrevo a decir que estamos ante una clave interpretativa que sirve de llave para la comprensión de las Escrituras.
Si recorremos la Biblia buscando cambios y avances en la concepción israelita de la vida tras esta vida (que es exactamente la metodología que nos proponemos llevar a cabo), será lo mismo que descubrir cómo Dios se iba revelando al ser humano, qué le demandaba y qué podía esperar tanto de esta vida como de la futura".
PRÓLOGO
de
Alfonso Ropero Berzosa
INTRODUCCIÓN
PARTE I
LA VIDA,
LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
1. La concepción HEBREA del universo
Y DEL SER HUMANO
1.1. El universo hebreo
1.2. La antropología hebrea
2. ¿QUÉ ERA LA VIDA?
2.1. Abundancia de días, hijos y prosperidad
2.2. La tierra de la que fluye leche y miel
3.
TIEMPOS
DE CRISIS: CUANDO LA VIDA PONE EN ENTREDICHO LO QUE SE CREE SOBRE ELLA
3.1. Los salmos
3.2. Job
3.3. Eclesiastés
3.4. Tres textos enigmáticos
4. La VOZ PROFÉTICA
4.1. De la
colectividad a la individualidad
4.2. La
esperanza mesiánica
5. ENTRE LOS DOS TESTAMENTOS
5.1. Tiempos convulsos
5.2. Daniel 12:1-3
5.3. Panorama en otros libros intertestamentarios
PARTE II
LA VIDA, LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ EN EL NUEVO TESTAMENTO
1. JESÚS Y LOS EVANGELIOS
1.1. Jesús en
su tiempo
1.2. El sentido
de la vida para Jesús
1.3. La
fantasía desbordante del cristianismo actual
2. EL RESTO DEL
NUEVO TESTAMENTO
2.1. En la
comunidad primitiva
2.2. La
evolución en Pablo
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
PRÓLOGO
Revelación
progresiva, indudablemente, conforme
el pueblo iba madurando como tal en su concepción de la trascendencia divina y
de la humana personalidad, que ante sus ojos iba desplegándose cada vez más
como un milagro y portento incapaz de abarcar conforme a las viejas categorías.
El Dios aicónico, ha plantado su icono en medio de este mundo, el ser
humano –hombre y mujer-, imagen y semejanza del mismísimo Dios. Las
consecuencias religiosas y teológicas poco a poco irán dando fruto en orden a
la dignidad humana y la relación con Dios, cuyos lazos ni la misma muerte puede
romper.
En
el desarrollo de su pensamiento el pueblo hebreo fue pasando por diversas
etapas, en la más primitiva sus esperanzas de comunión con Dios no iban más
allá del horizonte de esta vida. La vida no terminaba con la muerte, pero lo
que quedaba no era sino un resto de la misma, una sombra, un especie de
fantasma que llevaba una vida lúgubre en el submundo del Seol, sin pena ni gloria. En este punto, se asemejaba mucho al
concepto griego del Hades. Pasaron siglos
de reflexión y perplejidad ante el misterio del sufrimiento del justo hasta que
al final alumbró la bienaventurada esperanza de una vida con Dios más allá de
la tumba.
En
esta pequeña gran obra, su autor, Alfonso Pérez Ranchal, nos introduce en la lucha con el misterio del más allá que
los autores bíblicos mantuvieron de modo diverso en los distintos estadios de
la revelación, hasta llegar finalmente a la revelación última del Señor
Jesucristo, “el cual abolió la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio” (2 Tm 1, 10). Una lectura esclarecedora e instructiva que despejará las dudas de muchos que creen advertir una contradicción entre la esperanza del Antiguo y el Nuevo Testamento, al mismo tiempo que se le recuerda que la meditatatio mortis o meditación de la muerte es uno grandes ejercicios de la filosofía y la verdadera religión.
Platón fue el primero en configurar la filosofía como una reflexión sobre el sentido de la vida en función de su final que es la muerte. Muerte que, por fe, sabemos que no tiene la última palabra, pues “cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte con victoria” (1 Co 15, 54). De esta manera,
concordamos con Spinoza cuando decía que el hombre libre en nada piensa menos que en la muerte y que su meditación no es una
meditación sobre ella, sino sobre la vida. Ciertamente. El ser humano libre en
Cristo puede decir retador: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”(1 Co 15, 55), sabiendo que se “nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (v. 57). El cristiano medita en la muerte para no olvidar que su esperanza de vida descansa sobre una entrega-hasta-la-muerte como el mundo nunca pudo concebir. Libre del temor a la misma, él mismo se entrega a la vida, pese a toda adversidad y contradicción, porque más fuerte es la vida sustentada en la fe, el amor y la esperanza que la misma vida abandonada a su propia suerte y decaimiento inexorable.
Es digno de notar que el Renacimiento comenzó con la Peste negra de 1348, nuevo covid-19 actual, y así aprendieron a discernir lo real de lo aparente, lo duradero
de lo efímero, lo importante de lo vano. La
apariencia del mundo pasa (1 Co 7, 31), pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre (1 Jn 2,17).
Alfonso Ropero
https://www.clie.es/la-vida-la-muerte-y-el-mas-alla-a-traves-de-la-biblia
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