Hace unas semanas, en una publicación cristiana en lengua inglesa ( Mennonite World Review ), hubo un debate en torno a un artículo breve que atacaba otro más extenso en otra publicación, que daba testimonio de cómo el autor había conseguido reconciliar su honda fe en el Señor que adoramos, y los descubrimientos científicos de estos últimos siglos [1].
Un lugar abierto a la reflexión