En el discurso político de nuestro tiempo, " evangélico" y "derechista" se tratan como sinónimos intercambiables . En este contexto semántico, ser evangélico significa apoyar al gobierno golpista de Honduras y la oposición derechista de Venezuela y Brasil. En los Estados Unidos, significa pertenecer al Partido Republicano, a lo mejor en sus sectores más reaccionarios. Encontrar un "evangélico demócrata" es más difícil que encontrar una aguja en un pajar. En esta situación, el término "evangélico" no tiene absolutamente nada que ver con su raíz : el evangelio, las buenas nuevas del reino de Dios. De hecho, en su uso actual es un membrete que carece totalmente de significado teológico. Donald Trump puede jactarse, "I'm evangelical, and proud of it" ("Soy evangélico, con mucho orgullo"), sin la menor sospecha del significado del término. Alzó una Biblia y la declaró el libro más grande de todos los siglos, pero n
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