"Hermanos, no os comportéis como niños al razonar. Tened, sí, la inocencia del niño en lo que atañe al mal; pero, en cuanto a vuestros razonamientos, sed personas hechas y derechas" (1ª Carta a los corintios 14:20). Escribía hace unos años, el recientemente fallecido, Vicente Verdú : “No hay que subestimar el poder de la infantilización. En todos los campos, la cultura avanza hacia una extraordinaria complacencia de la figura del niño o la adoración de la mentalidad del niño. Desde las religiones a la política, desde el arte minimalista a la literatura premiada, todo es cada vez más infantil y simplista. Tan sencillo que un niño podría entenderlo y disfrutarlo como un adulto...o al revés. La meta del capitalismo de ficción (que ya no ofrece producción de bienes sino servicios y entretenimiento), es entretenernos, divertirnos y alejar de nosotros todo pensamiento verdadero o preocupación. Así, entretenidos somos buenos clientes, ciudadanos dóciles, felices e hiperactivos com
Un lugar abierto a la reflexión