Hablar de abuso en el contexto de la iglesia era hasta no hace mucho como entrar en un territorio casi virgen o inexplorado y no debido a que se desconocieran casos, sino porque los mismos se silenciaban siendo considerado este tema una especie de tabú. Enormemente significativo es, además, que determinadas clases de pensamiento, o estructuras eclesiales, se basan precisamente en algún tipo de abuso haciendo del mismo una forma de vivir la fe incurriendo de esta manera en su normalización. Con esto último quiero significar que lejos de ser detectados, y consecuentemente denunciados, lo que ocurre es que esta forma de proceder se presenta como cristiana y, entonces, el desastre está servido. "Después de trabajar cuarenta años como guía espiritual, me aterrorizan los enormes sufrimientos que causan los dictadores espirituales a personas, grupos y congregaciones cristianas. Al mismo tiempo, me causa consternación el hecho de que rara vez se habla con claridad acerc
Un lugar abierto a la reflexión