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Los anglicanos y la Biblia - Por Alfonso Ropero

    Hay quien piensa que los anglicanos están tan salidos de madre que ni en la Biblia creen. Pocos saben que los autores y teólogos anglicanos han formado y conformado parte del pensamiento evangélico desde sus inicios, con un peso doctrinal significativo en el evangelicalismo hispano. Si nos remontamos un poco atrás, podemos citar a los obispos John Charles Ryle y H.C.G. Moule; a biblistas y teólogos como Alan M. Stibbs, Leon Morris, Evan Henry Hopkins , Michel Harper, John Drane, cuyas obras han sido traducidas al castellano. Quizá el más conocido de todos, y de mayor influencia a lo largo del tiempo, haya sido John Stott, que ocupó más de medio siglo del panorama evangélico. Próximo a él, James I. Packer, uno de los principales redactores de la Declaración de Chicago sobre la Inerrancia bíblica en 1978 .  Sin olvidar a David Watson, Michael Green y la enorme figura del erudito obispo N.T. Wright.

Viviendo bajo la conmoción de la gracia - Por Alfonso Pérez Ranchal

No son pocos los que piensan que toda religión debería desaparecer. Las religiones serían las responsables de innumerables atrocidades, guerras y odios enconados por generaciones. El ateísmo tiene como uno de sus argumentos estrella precisamente esta idea, y el hecho de que el elemento religioso esté actualmente presente en toda una serie de numerosos conflictos armados parecería darles la razón. Ante esto cabe preguntarse si están en lo cierto, si al fin y al cabo el cristianismo y el islam, por ejemplo, no son en el fondo más de los mismo. Conocida es la anécdota en que durante una conferencia sobre religiones comparadas en Inglaterra una serie de expertos discutían qué era aquello que hacía diferente al cristianismo, si existía una doctrina que le fuera única. Tras un tiempo presentando ideas y descartándolas C. S. Lewis entró en el salón en el cual se estaba debatiendo esta cuestión. Lewis preguntó a qué se debía aquella algarabía. Le contestaron que estaban discutiendo

Constantino y Enrique VIII, víctimas de la apologética - Por Manuel Sonora

Hay dos personajes de la historia que por diversas razones han sido ya etiquetados por los dos grupos más grandes dentro del cristianismo. La iglesia católica romana en sus cursos de apologética, folletos, ensayos y libros de historia de la iglesia afirma terminantemente que Enrique VIII fue el rey que “fundó” la Iglesia Anglicana. Y ha sido tan repetitiva la aseveración que ya todo el mundo incluyendo las enciclopedias y libros de historia eclesiástica lo dan por hecho como una verdad incontestable.  Por otro lado, los apologistas evangélicos/cristianos afirman también en todos sus escritos, folletos, propaganda, etc. que fue Constantino el que “fundó” la Iglesia Católica Apostólica y Romana. Y, como en caso anterior tal información es tomada tan en serio que casi el 100% de los miembros de estas iglesias aseguran y creen con todo el corazón que tal afirmación es verdadera. 

Piñero y Pikaza. Un agnóstico y un creyente ante la misma Biblia - Por Xabier Pikaza

Rescatamos para los lectores de Pensamiento Protestante este artículo del 2014 de Xabier Picaza. El mismo no ha perdido vigencia y creemos que apunta a una serie de cuestiones de gran importancia en el actual debate sobre Jesús. Dice Picaza... El pasado 28 de Septiembre he recogido en mi blog la lectura/recensión de Antonio Piñero a mi Historia de Jesús , prometiendo ofrecer mi visión del tema, y así lo haré brevemente, pues hacerlo con anchura exigiría un libro entero, (he tratado de la obra de A. Piñero en otros lugares de este blog: cf.12.12.06; 10.14.07; 24.02.10; 13.08.12: 20.08.12...). Varias son las diferencia que Antonio Piñero ha visto entre mi visión de Jesús y la suya, pero la más importante es, a mi juicio, la que se refiere a la lectura creyente/confesional y a la científica de la Biblia, como si fueran distintas. Yo sería (o tendería a ser) un representante de la lectura confesional que, a su juicio, tiende al partidismo, porque introduce en la Biblia presupue

El escándalo de John Colenso, obispo de Natal - Por Alfonso Ropero

  Colenso pintado por Samuel Sidley   Un personaje interesante John William Colenso (1813-1883), matemático en la universidad, misionero entre los zulúes y hereje entre sus correligionarios.   Debido a la quiebra del negocio familiar, el joven Colenso   tuvo que aceptar un trabajo como ujier en una escuela privada antes de poder asistir a la universidad. Su talento para las matemáticas le ayudó económicamente, ya que ganó premios y becas que le ayudaron a financiarse. Académicamente tuvo mucho éxito en Cambridge, aunque los duros estudios y el trabajo para ganar dinero le dejaron sin tiempo para la vida social. A los 15 años de edad tenía claro que quería ser matemático y ministro del Evangelio. Escribió dos manuales muy leídos, uno sobre álgebra (1841) y otro sobre aritmética (1843), que le proporcionaran cierto respiro económico.  

"A los pobres siempre los tenéis con vosotros" - Por Esteban López

Aunque según todos los estudios nuestro planeta tiene la potencialidad de cubrir las necesidades básicas de toda la población mundial, la triste realidad es que la pobreza sigue formando parte de la vida diaria de la mayoría de personas en el mundo. Por ejemplo, no hace mucho tiempo, la ONG Intermón Oxfam presentó un informe en el que «denuncia que el aumento de la concentración de poder genera una riqueza extrema que perpetúa la desigualdad. Las conclusiones de dicho informe son simplemente devastadoras y ponen de manifiesto algo que ya sabíamos: la riqueza está extraordinariamente mal repartida en el mundo: Casi la mitad de la riqueza mundial está en manos de sólo el 1 % de la población. La riqueza del 1% de la población más rica del mundo asciende a 110 billones de dólares, una cifra 65 veces mayor que el total de la riqueza que posee la mitad más pobre de la población mundial. La mitad más pobre de la población mundial (3.750 millones de personas) posee la misma riqueza que las 85

El infierno es uno mismo - Por Martín Gelabert

“El infierno son los otros”, dijo Sartre. Más acertado me parece T. S. Eliot cuando escribe: “¿Qué es el infierno? Es uno mismo, y es solitario”. Efectivamente, el ser humano ha sido creado a imagen de Dios, un Dios que es Amor, Comunión de tres personas. Esto significa que estamos estructurados para la comunión, y sólo cuando realizamos la comunión en el amor encontramos nuestro auténtico ser de persona. Donde no hay amor, la vida se convierte en un infierno, en algo insoportable. Vivir sin amor es vivir en contradicción con uno mismo. Por eso he comenzado diciendo que no me parece acertada la expresión de J.P. Sartre. Más que describir el infierno, lo que dice Sartre describe el cielo: el cielo son los otros. El cielo es vivir en comunión, en comunión con Dios y en comunión con los hermanos. Eso que decimos en el Credo, “creemos en la comunión de los santos”, es otra forma de describir el cielo. En la Escritura hay distintas imágenes para describir lo que la teología llama infierno.

'Jesús bajo sospecha. Una respuesta a los ataques contra el Jesús histórico'. Reseña - Por Alfonso Pérez Ranchal

  Jesús bajo sospecha. Una respuesta a los ataques contra el Jesús histórico . Michael Wilkins y J. P. Moreland (eds). Editorial Clie, 2003, 319 páginas. Es común en nuestros días encontrarse con libros y artículos que niegan lo que los evangelios dicen que Jesús dijo e hizo. Para ser consideradas personas inteligentes y modernas, debemos actuar de esa forma, incluso si decimos seguir siendo cristianos. Se trata de despejar a la figura histórica de Jesús de los mitos añadidos, así como también de los dogmas que la iglesia ha fabricado. Una vez realizado este proceso es que podremos escuchar al verdadero Jesús que andaba por las tierras palestinas. Esto también significa que el Jesús del N.T. es una figura creada, es ficticia, resultado de la labor imaginativa de la iglesia primitiva. Ya no se puede, se sigue apuntando, creer en los milagros después de la revolución científica. Pero estos debates no son nuevos, ya que arrancan con la Ilustración. El Seminario de Jesús es uno de esto

Los bautistas del Sur y la Biblia - Por Alfonso Ropero

La batalla por la Biblia inerrante en los Bautistas del Sur En 1970 William E. Hull (1930-2011), considerado un brillante teólogo evangélico a nivel mundial y uno de los más respetados de la Convención Bautista del Sur [1] , predicó un sermón en Crescent Hill Baptist Church de Louisville, titulado Shall We Call the Bible infallible? A primera vista se podría esperar un mensaje laudatorio sobre las excelencias de la Biblia, pero su respuesta, sin ánimo de ser polémica, fue sorprendente. Según el historiador bautista Bill Leonard, el reverendo Hull, «desafió la idea de la inerrancia bíblica. Fue un sermón que discrepaba y exponía un argumento contra la inerrancia bíblica. Decía que incluso si tuviéramos una traducción perfecta de un texto perfecto, todavía tendría que ser interpretado por intérpretes falibles. Por lo tanto —concluía— no deberíamos llamar a la Biblia infalible» [2] . No quiso ser controversial, pero lo fue. En ese tiempo era deán de la cátedra de teología del Southern

Usar la Biblia respetando lo que es - Por Dionisio Byler

Hace años tuve un brevísimo intercambio de emails con una amiga de mis días de estudiante en los años 60, que era ahora conference minister de una de las conferencias regionales de la Iglesia Menonita en EEUU. Se trata de un ministerio que abarca toda una conferencia regional promoviendo unidad de criterios, visión y misión a lo ancho de sus muchas congregaciones locales. Esa conferencia en particular y ella como figura representativa, estaban siendo sometidos a mucha crítica y presión —me parece recordar que de parte de la gran mayoría de Mennonite Church USA— porque habían adoptado un posicionamiento relativamente tolerante de matrimonios para gays y lesbianas. Tal vez hasta hubiera en la conferencia algún pastor o pastora casados así, aunque sobre ese particular no estoy seguro. Le escribí para expresarle mi apoyo puramente personal por razón de nuestra antigua amistad, conociendo la dificultad de su posición y las duras críticas a que ella y su agrupación estaban siendo sometidos.