Parece que la presidencia de Trump en vez de acabar como un lamento lo hará como una explosión. Habiendo llegado a un cierto tipo de clímax en un tiempo tumultuoso de la historia de la iglesia y de nuestro país, me siento obligado a decir algunas cosas de la manera más clara que sé hacerlo: SOBRE JESÚS Jesús no es republicano. Esto ya ha sido dicho antes. Pero ahora hay que decirlo con más fuerza y claridad que nunca. Hay hombres y mujeres buenos y piadosos que votan a los republicanos y sirven en cargos electos como republicanos. Pero la asociación del nombre de Cristo con el Partido Republicano de Trump se ha convertido en un flagelo de vergüenza para la Iglesia . Ha llegado el momento –en realidad, hace mucho tiempo que llegó– en el que la iglesia entera debe denunciar esta asociación en los términos más enérgicos posibles.
Un lugar abierto a la reflexión