Editorial Sígueme, 2000, 680 páginas Al presente, el debate sobre el Jesús histórico y el Cristo de la fe parece haber decaído ya que se ha tomado como algo demostrado la oposición entre ambos. De esta forma, se dice que del Jesús histórico no se sabe apenas nada, ni tampoco se llegará a conocer en el futuro. La razón de todo ello es que los principales testimonios que nos hablan de él, los evangelios, lo que retratan es un constructo imaginario que se centra en el Cristo de la fe.
Un lugar abierto a la reflexión