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El Apocalipsis y las epidemias - Por Juan Stam

  Siempre que ocurran fenómenos trágicos, como terremotos, huracanes o epidemias, muchas personas comienzan a pensar “apocalípticamente”. En un sentido, sanamente encaminada, esa reacción puede ser positiva. En nuestras experiencias dolorosas, Dios nos llama a la reflexión sobre nuestras vidas y sobre la sociedad en que vivimos .    Muchas veces, sin embargo, el pánico lleva a la gente a conclusiones totalmente ajenas a la intención del autor bíblico. Algunas personas presuponen que es Dios mismo quien causa estas tragedias , como si el Creador metiera la mano en los volcanes para causar erupciones o como si las epidemias fuesen una especie de sabotaje biológico realizado por el Todopoderoso. Entonces concluyen que con esos fenómenos Dios está castigando a la humanidad, sobre todo a grupos o naciones que no son de nuestro agrado. Otros llevan la especulación un paso más adelante, para afirmar que cualquier desastre o calamidad es una nueva prueba de la pronta venida de Cristo.    Todo

Ser protestante hoy - Por Juan María Tellería

La actualidad presenta desafíos constantes a instituciones, ideologías y creencias que vieron la luz en épocas pasadas, de modo que les exige —y ello está muy bien— tomas de postura claras y bien definidas ante cuestionamientos y situaciones que afloran de continuo. No nos ha de extrañar; aquello de “adaptarse o morir” no es solo un axioma biológico, sino que tiene su aplicación en todos los ámbitos . El protestantismo no está exento de esta clase de retos que lo cuestionan de continuo, que le obligan a una constante redefinición de sus postulados fundamentales, a su actualización. Máxime en tiempos como los que hoy vivimos, especialmente en países como el nuestro, en el que el propio nombre “protestante” ha perdido mucho de su prístino significado debido a la maraña sectaria ultramarina y fundamentalista que en ocasiones pretende ampararse en él, pero que es su total negación. Por ello, hemos de ser claros y contundentes : NO HAY PROTESTANTISMO REAL SIN UNA VINCULACIÓN DIRECTA CON EL

Fe y filosofía, ¿integración o confrontación? (Estudio) - Por Alfonso Ropero

  En un principio habíamos pensado en ir publicando en varias entregas este estudio del Dr. Alfonso Ropero, pero finalmente nos hemos decantado por preparar un pdf para que todo aquel interesado pueda descargarlo. Este cambio se debe a que es un texto que merece la pena no solo leerlo, sino también tenerlo para futuras revisiones sobre un tema que cada cierto tiempo necesita ser repensado. Colocamos a continuación el contenido para que el lector se haga una primera idea, y seguidamente dejamos el enlace para su descarga directa.       La filosofía, ¿una influencia corruptora?-------------------- 5 Los helenistas de la Iglesia apostólica --------------------- 7 Judaísmo plural ---------------------------------------------- 9 La literatura bíblica sapiencial ------------------------------ 12 Jesús, maestro de sabiduría ------------------------------- 15 La misión helenista ----------------------------------------- 18 Universalidad versus particularidad --------------------

La inerrancia bíblica - Por Emilio Lospitao

  La literatura evangélica en general está asentada sobre el concepto de la “inerrancia” bíblica. Los defensores de este concepto afirman que esta “inerrancia” es una consecuencia de la “inspiración” divina de la que fueron objeto las personas que escribieron los libros  sagrados. Esta “inspiración” e “inerrancia” da como resultado la  conocida “infalibilidad” de la Biblia. Es decir, que cada palabra, cada frase, cada dato histórico de la Biblia ha pasado por la mente, la voluntad y la supervisión de Dios mismo, que lo ha “inspirado”.[1] Obviamente, creer que esto es así, entra en el ámbito privado de las creencias religiosas. Incluso los argumentos con los cuales se quiere defender dicha “inerrancia”, “inspiración” e “infalibilidad” no dejan de ser eso: afirmaciones desde la fe dogmática.   Qué duda cabe que los libros que forman la Biblia tienen una gran riqueza cultural por su diversidad de géneros literarios: narrativo, legendario, épico, mítico…, y por la información antropoló

¡Dios ha muerto! - Por Isaac Martín

“¿No oísteis hablar de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pública con una linterna encendida, gritando sin cesar: «¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!». Como estaban presentes muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron la risa. [...] El loco se encaró con ellos, y clavándoles la mirada, exclamó: ¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir. Le hemos matado; vosotros y yo, todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo pudimos vaciar el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar el horizonte? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿Flotamos en una nada infinita? ¿Nos persigue el vacío [...]? ¿No hace más frío? ¿No veis de continuo acercarse la noche, cada vez más cerrada? [...] ¡Dios ha muerto!" La ciencia jovial , 1882. Friedrich Nietzsche (filósofo alemán). Miles de millones de linternas se alzan contra la oscuridad repitiendo la misma arenga: ¡Busco a Dios! La mujer que sostiene entre sus brazos al hijo esperado, al fruto de su dolor, mira a otro la

Racismo y empatía - Por Dionisio Byler

Estos días, inevitablemente, me hallo meditando sobre la cuestión del racismo. No solo el racismo asesino sino el racismo de fondo, de actitudes , que alimenta esos asesinatos. El ser humano, creado  a imagen de Dios pero proclive a prestar oído a las tentaciones de la serpiente, somos capaces de bondad sublime y maldad espantosa. Podemos ser extraordinariamente solidarios y altruistas, capaces de sacrificarlo todo, hasta la vida, por los demás. Podemos ser también egoístas, manipuladores y crueles para utilizar a los demás para complacer nuestros propios deseos y aspiraciones. En mi opinión, una de las claves de la bondad de la que somos capaces, es la capacidad de empatía , de ponernos en la piel del otro, imaginarnos en su situación, y sufrir por hacer nuestro el sufrimiento que vive el otro. Para que eso sea posible hace falta imaginación, por supuesto, pero una forma específica de imaginación. La de imaginar que lo que vive y siente el otro, importa. Todos podemos da

¿Darwin o Dios? Ambos. 2.ª parte - Por Iván Acceituno

De las cuatro posturas en las que resumía la controversia entre ciencia y teología, ya indicamos que la que nos resultaba más convincente era la cuarta, la integradora, pero en la línea de proponer una teología de la naturaleza, orientada a presentar la razonabilidad de la fe desde los datos más actuales de las diferentes ciencias. No se trata, ya lo decía, de resucitar o mantener la ya periclitada teología natural y sus pretensiones de demostrar la existencia de Dios con la ayuda exclusiva de la razón, con el peligro de mantener un concepto de Dios tapa-agujeros , que es permanente devaluado y tiene que retroceder a medida de que una nueva teoría científica halla una explicación natural a lo que hasta ese momento se consideraba un misterio inexplicable sin echar mano de Dios. Se trata, más bien, de seguir los planteamientos de una filosofía de la naturaleza, que respeta y se apoya en los datos científicos, no tanto para probar y demostrar las verdades de fe, sino para algo más modest

'Dios crucificado: monoteísmo y cristología en el Nuevo Testamento' de R. Bauckham. Reseña - Por Alfonso Pérez Ranchal

  Dios crucificado: monoteísmo y cristología en el Nuevo Testamento . Clie, 2003.  Me concentraré en ilustrar un modo de leer los textos que pone bajo una nueva luz el carácter de la Cristología del Nuevo Testamento. En esta exposición, el entendimiento del Monoteísmo judío que he propuesto servirá como clave hermenéutica de c ó mo los textos del Nuevo Testamento relatan que Jesucristo es el Dios único del Monoteísmo judío. Nos permitirá ver que la intención de la Cristología del Nuevo Testamento es incluir a Jesús en la identidad divina única, a través de los textos, según la idea judía del tema. Los escritores lo hacen deliberadamente y de forma generalizada, al utilizar precisamente aquellas características de la identidad divina sobre las cuales el Monoteísmo judío se centraba en caracterizar a Dios como único. Incluyeron a Jesús en la soberanía divina única sobre todas las cosas, le identificaron con el nombre divino que denota la identidad divina única, y le describieron como m

¿Darwin o Dios? Ambos. 1.ª parte - Por Iván Acceituno

Cuando hablamos de la relación entre evolución y religión, lo primero que tenemos que hacer es definir qué entendemos por evolución y por religión . Por evolución entendemos la teoría general, nacida en el siglo XIX, que supuso la superación de una concepción estática y fijista de la realidad. Y cuando hablamos de religión, nos estamos refiriendo en principio a todas las creencias religiosas en general, puesto que el planteamiento que voy a ver aquí sobre la compatibilidad e integración entre la evolución y la fe o la religión, puede ser aplicada a cualquier religión, aunque en este escrito nos vamos a referir exclusivamente a la fe cristiana.   La cuestión central sobre la que se supone voy a reflexionar aquí es si la evolución darwinista, la teoría de la selección natural de Darwin, como explicación del proceso evolutivo, es compatible o no con la fe religiosa, en concreto, con el cristianismo. ¿Se puede ser darwinista y cristiano al mismo tiempo, o solo se puede ser una cosa u

El silencio de Dios – Por Nicolás Panotto

    El silencio es el vacío que posibilita lo pleno. Todo lo lleno anhela el vacío para no quedar saturado de sí mismo. El silencio de los sentidos, de los deseos, de la mente El silencio que nos devuelve el estado prístino de ser, de simplemente ser en el Ser. Javier Melloni   En la conocida oración del Getsemaní (Mc 14.32-36), Jesús pone en evidencia sus más hondos sentimientos. Angustia y tristeza de muerte . Es desde allí que pide al Padre (al  Abba , al “papito”) que le haga pasar esa copa de inigualable sufrimiento. En este hecho hay dos cosas a resaltar. Primero, el mismo hijo de Dios muestra lo más profundo de sí , siendo transparente con aquello que le aquejaba. Pero en segundo lugar, llama la atención el silencio del Padre . Jesús nunca recibió respuesta. Por eso exclamará un tiempo más tarde, tendido en la cruz:  Elohi, Elohi,lĕma’ šĕbaqtani  (“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Mt 27.46). Existen muchas historias en el texto bíblico que muestran el sil