¿Qué tal si de vez en cuando nos proponemos cambiar nuestros cultos acogiéndonos a un lenguaje más inclusivo? Si Dios no tiene sexo, ¿por qué nos dirigimos siempre a él en términos masculinos? Es cierto que Jesús nos enseñó a reconocer a Dios como un abba, un padre, un papá. Sin embargo, lo que Jesús mostró sobre este Abba tiene características opuestas al concepto paternal de aquel tiempo . De hecho, su presentación del Padre desprende rasgos curiosamente maternales si lo comparamos con las expectativas de género de su época. Por lo tanto, el concepto de Dios como Abba enseñado por Jesús, rompe con el estereotipo de la cultura patriarcal. [1] En cualquier caso, Dios está más allá de estereotipos de género y sexo.
Un lugar abierto a la reflexión