Ante la lectura del libro de Job he podido constatar dos reacciones muy diferentes entre los creyentes más conservadores. Por un lado, una aceptación sin más de todo cuanto en él se dice y, por el otro, una conmoción y miedo ante lo que el prólogo plantea. El primer grupo de cristianos no tiene dudas, para ellos lo que aparece en este libro es una verdad revelada en todos sus detalles. Parten de una idea de inspiración que se asemeja mucho a la imagen del Todopoderoso proveyendo de un libro ya terminado, pero que en vez de darlo ya escrito desde los cielos lo revelaría directamente a la mente del autor que lo plasmaría sin ningún tipo de error ni omisión. Sería algo así como una voz no audible pero que llevaría al autor a registrar, palabra por palabra, lo que estaría recibiendo de forma sobrenatural. Es por ello que se habría de interpretar de forma literal y, si alguna vez llegamos a enfrentar las penurias y calamidades que el protagonista de esta historia padece, debemos...
Un lugar abierto a la reflexión